Revista Opinión

El Arte De Los Tatuajes: Mucho Más Que Una Simple Moda

Publicado el 19 septiembre 2018 por Carlosgu82

A pesar de que todavía existe gente que sigue asociando los tatuajes a tipos duros, maleantes o presidiarios, la aplicación de Tatuajes al cuerpo humano ha disfrutado de una extensa y variada historia en muchas culturas antiguas, hasta el punto de que muchos estudios científicos han contribuido a demostrar los beneficios que aporta para nuestra salud, tanto física como psicológicamente.

La práctica del tatuaje se remonta a hace miles de años

Tal y como se aprecia en las momias egipcias del museo Británico encontradas hace alrededor de 100 años, esta práctica se llevaba a cabo en el antiguo Egipto pudiendo denotar símbolos de poder y estado.

Estos individuos momificados, pertenecen al período predinástico de Egipto, la era anterior a la unificación por el primer faraón alrededor del 3.100 aC. Se trata de un hombre y una mujer, en los que recientemente y gracias a los avances científicos actuales, se analizaron unas extrañas manchas oscuras que presentaban en la piel. Concretamente, se identificaron tatuajes figurativos de un toro salvaje y una oveja en el brazo de la momia masculina, y motivos lineales y en forma de S en el brazo y el hombro de la momia femenina.

Estos ejemplos son la evidencia mas antigua encontrada hasta ahora, Junto con la momia alpina conocida como Ötzi, que presenta tatuajes con motivos geométricos y cuya piel fue preservada por el hielo de los alpes; de que el tatuaje se practica desde la antigüedad hacia los años 4000-3100 aC.

El tatuaje en la cultura asiática

En Japón, al parecer, la costumbre de tatuarse el cuerpo existía ya en los albores de la historia, a juzgar por las estatuillas de barro dogū del período Jōmon (entre el 14.000-400 a.C.) ya que la mayoría tienen marcas en la cara, el pecho y los hombros, lo que sugiere que los miembros de este pueblo llevarían tatuajes o escarificaciones hechas probablemente con Bambú.

También existen evidencias documentadas alrededor del S. XVI de la existencia de una arraigada tradición del tatuaje entre las islas Amami y las de Ryūkyū en el sur de Japón, donde las mujeres se tatuaban el hajichi que se extendía desde la punta de los dedos hasta el codo. Las marcas en la mano de la mujer indicaban que ésta había contraído matrimonio. Una vez que el tatuaje estaba completado, recibían bendiciones a través de ceremonias ya que se trataba de un ritual hacia la madurez. En algunas de estas islas, incluso se creía que la mujer que moría sin el hajichi sufriría en el más allá.

También en el Kojiki (año 712) y el Nihon shoki (año 720), libros que cuentan sobre los orígenes mitológicos de Japón, también se menciona que en los pueblos fronterizos tanto en el norte como en el sur, ser tatuado era un rito y en algunos casos un castigo.

Desde los orígenes de símbolos más simples en la antigüedad, en Japón la cultura del tatuaje ha ido evolucionando desde la mitología antigua en la que se tatuaban dragones para atraer la lluvia, flores de loto, carpas coi y demás figuras tradicionales del arte japonés hasta llegar a ser un estilo único muy conocido y valorado en todo el mundo.

La ciencia del arte de tatuar

En Europa, Thomas Alva Edison, diseñó y patentó junto con otros 1.092 objetos más, la primera máquina de tatuar moderna.

Este individuo diseñó una máquina perforadora parecida a una lapicera, destinada en un principio a la industria de la imprenta y que hacía agujeros en el papel con vibraciones oscilantes arriba y abajo unas 3000 veces por minuto.

Más tarde el tatuador Samuel O’Reilly mejoró este invento en 1891 añadiéndole tinta para sus trabajos en la piel, lo que mejoró considerablemente el invento de Edison para su finalidad de hoy en día.

Gracias a este invento, lo cierto es que es una práctica cada vez más común, que puede observarse en hombres y mujeres de cualquier lugar y edad, Y esto no es simplemente una moda, ya que muchos estudios científicos han contribuido a demostrar los beneficios que aporta para nuestra salud: Un claro ejemplo es los beneficios que supone tatuarse para nuestro sistema inmune, ya que refuerza nuestras defensas cada vez que nos tatuamos la piel.

Curiosamente, también existe un reciente estudio de la Universidad de Texas en el que se evalúa la correlación existente entre las personas tatuadas y el nivel de autoestima, donde en los resultados se puede observar una relación bastante clara.

Y tú, ¿Crees que tus tatuajes hablan sobre tu personalidad? La ciencia parece demostrar que es bastante probable que así sea.


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