¡Hola! Siguiendo con esta serie de posts para poner una mesa de manera adecuada, -como arrancamos hace unos días-, hoy dedico la entrada al tema del mantel y servilletas, que también tiene su enjundia.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que el mantel de la comida o almuerzo difiere del de la cena. Durante la comida, almuerzo o aperitivo el mantel admite la fantasía en la mesa. Así, podemos optar por manteles de cuadros, estampados y bordados en colores agradables.
Sin embargo, la cena se suele rodear de mayor suntuosidad y sencillez. Si tenemos invitados, entonces lo mejor es sacar el mantel de hilo en tonos planos y limpios. Si no tenemos un clásico mantel de hilo, otros tejidos que se admiten son la batista, encajes, organdí de hilo… Claro está que la elección del mantel también deberá seguir la línea de nuestro comedor, si este es clásico, moderno, Chippendale, Jacobino…
Si nos gusta el estilo vanguardista y queremos huir de lo tradicional, entonces lo mejor es optar por caminos de mesa o mantelitos individuales (eso sí, como máximo para cuatro comensales; para un número mayor, no queda nada bien), o la última tendencia de no usar mantel en una mesa de madera y proteger con bajoplatos de gran tamaño.
En relación a las servilletas, estas deben ser lo suficientemente grandes. El protocolo marca para las comidas o cenas una medida de 50 centímetros por 50 centímetros; o también 40x50 ó 50x60. Y que vayan a conjunto con el mantel. En cambio, para las meriendas o aperitivos, las medidas indicadas son más pequeñas de 20x20.
Finalmente, para su colocación, debemos situar las servilletas sobre el plato o en el lado izquierdo de cada comensal, con los bordados o dibujos puestos en dirección al mismo.
Y por hoy, ¡listo!
Hasta mañana
Imágenes vía Zara Home
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