Revista Opinión
La vida nos moldea a su antojo. El cincel más eficaz para tallar lo que somos, a partir de la materia con la que nacemos, es el sufrimiento y las enfermedades. No es fácil aceptar la obra que forjamos a golpes de éxitos y fracasos, de alegrías y penas, de satisfacciones y pesares. A muchas personas, la enfermedad les ayuda a reconocerse como en realidad son, sin las máscaras y los artificios con los que solemos engañarnos. Para ellas, “la vida es el arte del encuentro”, como cantara Facundo Cabral, un encuentro con los demás sufrientes y, especialmente, con uno mismo. Descubren potenciales donde los demás esperan dolor y limitaciones. Precisamente, eso es lo que intentan expresar los pacientes y familiares de la Asociación Española de Enfermos Contra el Cáncer con la I Exposición de Arte y Artesanía que organizan en el Patio de Exposiciones del Hospital General Virgen del Rocío, de Sevilla. Allí hallarán obras que reflejan distintos estados de ánimo, pero que en conjunto manifiestan la reconciliación con una vida inasequible al desaliento y con lo que encontramos en ella: a nosotros mismos. Son artistas de la enfermedad que hacen de la vida un arte, el arte del encuentro. Merecen todo nuestro reconocimiento y admiración.