Revista Mundo animal

El "arte" del maltrato

Por Carmenmt87

¿Quién dice que la humillación de un hombre es entretenida? ¿Quién dice que el maltrato a una mujer es arte? ¿Quién dice que la violencia en un niño es un pasatiempo? ¿Quién dice que el asesinato de una persona es cultura? Estas preguntas tienen una respuesta que todo el mundo responde claramente al unísono: nadie. Y, por supuesto, aquél que responda lo contrario, se considera un perturbado, un enfermo, un loco y, en ocasiones, una mala persona, un asesino. Pero vayamos un poco más allá y sumerjámonos un poco más. ¿Quién dice que la humillación de un toro es entretenida? ¿Quién dice que el maltrato a un perro es arte? ¿Quién dice que la violencia contra un gato es un pasatiempo? ¿Quién dice que el asesinato de un animal es cultura? Ahora todo cambia. Lamentablemente, ahora nadie responde al unísono.
  Hoy en día, un gran porcentaje de nuestras sociedades modernas y occidentales, sabe que el ser humano es un animal: nace, sobrevive, se reproduce y muere. Es el ciclo vital que a todo ser vivo le toca cumplir en la naturaleza. Es obvio. Lo único que nos hace diferentes, y digo diferentes y no especiales, es que parece ser que somos el animal más inteligente de toda la cadena. Esto es, nuestra inteligencia nos permite pensar y reflexionar. Sin embargo, parece que no lo estamos haciendo de una manera correcta. Si el ser humano es un animal que al igual que sus semejantes siente y padece ¿por qué nos impacta y vemos de manera salvaje las agresiones a otro ser humano, y sin embargo, nos quedamos indiferentes ante el sufrimiento de otro animal? ¿Nos falta sensibilidad, somos malas personas, no nos identificamos con el resto de los animales, nos creemos superiores o nos pueden nuestros ancestros culturales que nos impiden ejercer una de nuestras funciones básicas que es el pensamiento? Si alguien cree que un toro en la plaza no sufre, está completamente equivocado. No importa cuán dura se tenga la capa de la piel, la naturaleza nos dota de unos nervios en la epidermis que, en cuanto detectan presión, se activan y nos mandan mensajes al cerebro de que hay algo que resulta peligroso para nuestra supervivencia. Y eso es el dolor, un mecanismo que nos avisa de que algo no funciona. Y eso lo tenemos todos los aninales, todos sin excepción. Volvamos a cuestionarnos ahora si nos divierte el sufrimiento de un toro en la plaza, o si nos deleitamos con la agonía de un perro. Porque si es así, después de todo, entonces es que no tenemos alma.  
Guillermo Vargas "Habacuc", es un hombre de Costa Rica que dícese ser un artista. El pasado año, en 2007, se le ocurrió una nueva forma de "arte". Así que no dudó en poner en práctica su maquiavélica obra: se apoderó de un perro callejero, lo llevó al interior de un museo, lo ató a la pared de una galería de arte y allí lo dejó sin darle de comer ni beber. La gente que pasaba no hizo nada. Su indiferencia contribuyó a su fatal destino. El animal murió de inanición, de abandono y de pena. En la pared se leía un escrito: eres lo que lees. Este lema estaba hecho con comida de perro. Lo peor de todo es que para este año, otra galería le ha llamado y pedido que vuelva a repetir lo mismo con otro animal. ¿Quiéres colaborar para que esta barbaridad humana no vuelva a suceder? Aquí está la página de recigida de firmas:
http://www.petitiononline.com/13031953/ Ya somos más de un millón los que hemos colaborado en esta causa. No nos callemos. No nos rindamos. Entre todos lo podemos conseguir. Podemos salvar a nuestros compañeros de viaje en este ciclo de la vida. Al igual que nosotros: ELLOS MERECEN VIVIR, ELLOS SON LA VIDA.

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