Hace unos cuantos años, cuando yo era una niña emocionada y asustada a partes iguales, salí de mi pequeño pueblo para estudiar en la universidad. Desde muy niña siempre sentí inclinación por lo artístico. Así que cuando llegó el momento, y gracias a que mis padres me apoyaron y no se empeñaron en que estudiara otra cosa con más ‘salidas’, comencé mis estudios de Bellas Artes.Comencé la carrera con mucha ilusión y con muchas ganas, sin embargo, eso no me libró de pasar por alguna que otra crisis existencial. En muchas ocasiones me llegué a preguntar: “¿qué diablos hago yo metida aquí?” y es que el elitismo con el que se comportaban algunos profesores y alumnos hacía que sintiera que aquel no era mi sitio, que me había equivocado totalmente de camino.La actitud elitista en torno a las manifestaciones culturales y artísticas es algo que siempre me ha incomodado, y estoy convencida de que es una actitud equivocada que no beneficia a nadie.El arte ha existido prácticamente desde que se tiene conciencia histórica de la existencia del ser humano, y ha tenido múltiples funciones. Siempre ha estado y me atrevería a decir que siempre estará ligado a nuestra naturaleza.
Nadie es mejor que nadie por haber desarrollado habilidades artísticas, por conseguir ejercer con éxito una profesión relacionada con el arte, o por tener un bagaje cultural amplio y conocer, apreciar y disfrutar diferentes y diversas manifestaciones artísticas.Sin embargo he observado, más frecuentemente de lo que me gustaría, la actitud prepotente de ciertas personas ‘cultas’ respecto a todo aquel que no comparte sus inquietudes, sus gustos, o sus conocimientos en determinados temas. La típica persona que te mira por encima del hombre mientras te dice: ¿Cómo que no has visto “tal película”? o bien ¿No sabes quién es fulanito? o cualquier otro comentario cuyo única función es poner de manifiesto tu ignorancia.Este tipo de actitudes indeseables contribuyen a generar prejuicios y rechazo en aquellas personas que no tienen demasiadas inquietudes artísticas, a las que no les ha interesado especialmente el arte en sus múltiples manifestaciones. Es muy posible que no perciban el arte como un medio para disfrutar y enriquecerse, sino como un arma que el otro lanza en su contra, un mecanismo para colocarse en una posición de superioridad, el instrumento de una élite, estirada y ridícula, a la que no quiere pertenecer.El arte forma parte de nosotros como especie, no tiene sentido utilizarlo como arma.Afortunadamente, existe entre la llamada gente ‘culta’, otro tipo de persona más sencilla, humilde y sobre todo más sabia en el sentido más espiritual de la palabra. Me refiero a esas personas que han consumido mucho arte en sus diferentes formas, que han sabido disfrutarlo con todo su ser, que han hecho de las artes un enriquecimiento de su propia naturaleza, que son capaces de transmitir a cualquiera ese amor y esa pasión por lo que les gusta. Ante estas personas, es posible que alguien que, a priori, no parece tener el más mínimo interés en temas culturales, sienta cierta curiosidad y se anime a adentrarse por los caminos de las variadas expresiones artísticas, a permitir que penetren en su persona y le aporten nuevas formas de conocimiento, reflexión, emociones y sensaciones.Ese es el tipo de persona a la que vale la pena conocer, y con la que vale la pena mantener una conversación.
Y tu ¿Qué opinas de este tema? ¿Qué significado tienen las manifestaciones artísticas en tu vida?