Porque, a veces, y a veces muchas veces, nuestra atención está completamente secuestrada. Abducida por una mente que no hace más que generar problemas donde no los hay, anticiparlos, magnificarlos y recrearlos una y otra vez y una y otra vez. Entonces, hacer cualquier actividad que nos evada de la propia mente, como la meditación, el deporte, y por supuesto también el arte y la cultura, resulta liberador, reparador y sanador.De hecho, en psicología existe un concepto llamado flujo, acuñado por el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi (no intentes pronunciar su apellido o te dará un síncope), uno de los precursores de la Psicología Positiva (la corriente de la psicología que se encarga del estudio de la felicidad). El flujo se refiere a aquel estado en el que estamos tan absorbidos por la tarea que realizamos, que nos situamos fuera de nuestra mente ególatra (la mente que se centra en nosotros y, por tanto, en nuestros "grandes" problemas), y entonces no pensamos, no transitamos del pasado al futuro, simplemente estamos en el aquí y ahora, disfrutando de una actividad que nos gusta y nos llena. Y, por supuesto, nos sentimos muy bien. Tan bien que las horas se nos pasan volando.Esto puede pasar simplemente viendo una maratón de series como creando una composición musical, es decir, el flujo es un estado al que llegan tanto receptores como creadores. Así que, solo por ello, merece la pena ir más a conciertos, a museos, leer más...Sin embargo, dentro de lo que es solo la creación artístico-cultural, encontramos otra serie de beneficios terapéuticos:- A través de la creatividad me libero de pensamientos, neuras, traumas, miedos... La creatividad es un vehículo para sacar cosas que están dentro de mí, quizá haciéndome daño y limitándome, y convertirlas en algo hermoso y con sentido.- Gracias a la creatividad puedo interaccionar con otras personas para perseguir un mismo fin (los escritores con correctores y editores; los músicos con la banda; los actores con compañeros de reparto y equipo técnico); es por tanto un medio para sociabilizar y conectar con los demás. Esto puede aportar distintos apoyos sociales y hacernos sentir conexión y pertenencia a un grupo.- Por medio de la creatividad me autorrealizo. Esto quiere decir que me acerco un poco más a quien verdaderamente soy y a hacer lo que realmente quiero, a través de la expresión de mi verdadero ser. Por ello, puedo llegar a tener sentimientos de autenticidad y plenitud.Por todos estos efectos y algunos más, son muchas las escuelas, corrientes y terapias que se valen de las disciplinas artísticas para trabajar con sus pacientes o usuarios. Y muchos estudios los que avalan los resultados. Puede que el arte y la cultura no solucionen tus problemas. Pero te ayudan a no pensar tanto en ellos y mejora tu calidad de vida.Así que, creo que tengo motivos para defender que a toda la sociedad nos beneficiaría que se crearan más bibliotecas, salas de concierto, teatros... El mundo sería más bonito si hiciéramos menos la guerra y más el amor.Y el arte y la cultura, por supuesto, son maneras de hacer el amor.
Porque, a veces, y a veces muchas veces, nuestra atención está completamente secuestrada. Abducida por una mente que no hace más que generar problemas donde no los hay, anticiparlos, magnificarlos y recrearlos una y otra vez y una y otra vez. Entonces, hacer cualquier actividad que nos evada de la propia mente, como la meditación, el deporte, y por supuesto también el arte y la cultura, resulta liberador, reparador y sanador.De hecho, en psicología existe un concepto llamado flujo, acuñado por el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi (no intentes pronunciar su apellido o te dará un síncope), uno de los precursores de la Psicología Positiva (la corriente de la psicología que se encarga del estudio de la felicidad). El flujo se refiere a aquel estado en el que estamos tan absorbidos por la tarea que realizamos, que nos situamos fuera de nuestra mente ególatra (la mente que se centra en nosotros y, por tanto, en nuestros "grandes" problemas), y entonces no pensamos, no transitamos del pasado al futuro, simplemente estamos en el aquí y ahora, disfrutando de una actividad que nos gusta y nos llena. Y, por supuesto, nos sentimos muy bien. Tan bien que las horas se nos pasan volando.Esto puede pasar simplemente viendo una maratón de series como creando una composición musical, es decir, el flujo es un estado al que llegan tanto receptores como creadores. Así que, solo por ello, merece la pena ir más a conciertos, a museos, leer más...Sin embargo, dentro de lo que es solo la creación artístico-cultural, encontramos otra serie de beneficios terapéuticos:- A través de la creatividad me libero de pensamientos, neuras, traumas, miedos... La creatividad es un vehículo para sacar cosas que están dentro de mí, quizá haciéndome daño y limitándome, y convertirlas en algo hermoso y con sentido.- Gracias a la creatividad puedo interaccionar con otras personas para perseguir un mismo fin (los escritores con correctores y editores; los músicos con la banda; los actores con compañeros de reparto y equipo técnico); es por tanto un medio para sociabilizar y conectar con los demás. Esto puede aportar distintos apoyos sociales y hacernos sentir conexión y pertenencia a un grupo.- Por medio de la creatividad me autorrealizo. Esto quiere decir que me acerco un poco más a quien verdaderamente soy y a hacer lo que realmente quiero, a través de la expresión de mi verdadero ser. Por ello, puedo llegar a tener sentimientos de autenticidad y plenitud.Por todos estos efectos y algunos más, son muchas las escuelas, corrientes y terapias que se valen de las disciplinas artísticas para trabajar con sus pacientes o usuarios. Y muchos estudios los que avalan los resultados. Puede que el arte y la cultura no solucionen tus problemas. Pero te ayudan a no pensar tanto en ellos y mejora tu calidad de vida.Así que, creo que tengo motivos para defender que a toda la sociedad nos beneficiaría que se crearan más bibliotecas, salas de concierto, teatros... El mundo sería más bonito si hiciéramos menos la guerra y más el amor.Y el arte y la cultura, por supuesto, son maneras de hacer el amor.