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El arte por el arte: Renacimiento, Manierismo y Barroco

Por Manu Perez @revistadehisto

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El arte por el arte: Renacimiento, Manierismo y Barroco

A lo largo de los siglos, el sueño de los artistas ha consistido en labrarse un hueco para la posteridad a través de sus obras, pero no todos lo consiguieron. En este artículo, analizaremos tres estilos que marcaron un antes y un después en la historia del arte y que todavía sirven como fuente de inspiración a día de hoy: Renacimiento, Manierismo y Barroco.

Renacimiento, Manierismo y Barroco son tres procesos históricos conjuntos que se desarrollaron en Europa desde el siglo XV al XVIII. A lo largo de este período, se evolucionó de un estilo orientado al antropocentrismo y grecorromano a uno teatral utilizando la técnica del claro-oscuro. Estos tres procesos tendrían una gran influencia en los eventos socio-políticos desarrollados en Europa occidental, los cuales determinarían su estilo, composición y razón de ser. Por resaltar algunos, se encuentra la revitalización de la cultura grecorromana, el descubrimiento del Nuevo Mundo, las guerras de religión y el impacto de la reforma de Lutero. A continuación, veremos las características de cada uno.

Renacimiento (XV-XVI)

Se basó en la búsqueda de nuevos conocimientos a través de los estudios y la observación (biología, astronomía, física y/o anatomía), así como en la revalorización o resurgimiento de la estética grecorromana (búsqueda de la belleza y perfección ligada a las antiguas Grecia y Roma).

Se promovía un antropocentrismo muy marcado (el hombre como eje de la historia de la humanidad), donde se valorizaba la ciencia y la razón, desafiando los postulados cristianos (raíces de lo que siglos después sería el racionalismo). A su vez, se resaltan los valores éticos de justicia, amor, honor y libertad. Todo esto se daba bajo una visión optimista a futuro, de vivir el momento con intensidad y disfrutar el ahora.

En este mismo momento, aparecieron en las ciudades-estado del norte de Italia los gremios y el apoyo al artista a través de los mecenazgos (financiación económica a los artistas), con el fin de lograr un prestigio social y un ascenso político. En consecuencia, se produjo el crecimiento de la burguesía urbana. Debido al crecimiento de su poder e influencia, iría desplazando a los señores feudales. También se fundaron los primeros bancos, producto del desarrollo de la actividad mercantil, que generó los primeros préstamos. Alguno de sus autores más reconocidos involucra artistas de la talla de Da Vinci, Miguel Ángel, Rafael, Donatello, Botticelli o Brunelleschi, entre otros.

Manierismo (1520-1599). Última etapa del Renacimiento y primera del Barroco.

En sus tres disciplinas (pintura, escultura, arquitectura), este movimiento tenía numerosas diferencias y similitudes. En la pintura abarcaba la contraposición con los elementos clásicos basados en la belleza, la armonía y la unidad. Dejaba zonas muy vacías y otras muy llenas (horror al vacío), sustituyendo los colores suaves por otros más fríos, permitiendo una mejor representación de la realidad por parte del autor.

En el caso de la escultura, se tendía a la monumentalidad. Los escultores daban dinamismo a sus obras a través de líneas curvas, dando el interés por el hombre y el cuerpo humano (naturalismo y antropocentrismo). Se establecía una multifacialidad (diferentes puntos de vistas de las obras).

En la arquitectura, por su parte, al igual que ocurría en la escultura, se buscaba encontrar también la monumentalidad. Las obras eran mucho más decorativas, por lo que se contraponen a los cánones arquitectónicos clásicos. Entre sus autores resaltan El Greco, Cellini, Zuccaro, Pontormo y Parmigianino, entre otros.

Barroco (siglos XVII y XVIII)

[adinserter name=”adpv”] El Barroco es conocido como el arte ejemplar del período moderno, en el cual se tiene un arte exagerado, donde se distorsionan las formas clásicas y los contrastes de sombra y luz (algo también visto en la arquitectura con el exceso de adornos). A diferencia del arte renacentista y del manierismo, contaba con un carácter mucho más realista e impactante. Esto se debía a la fuerte influencia de las guerras religiosas en Europa, haciendo una representación grotesca de la vida. Su tema principal eran los pasajes de la Biblia, en donde se mostraban a los héroes bíblicos como humanos.

Al ser influido por los diversos conflictos religiosos de aquel tiempo, el Barroco tuvo una noción “propagandista”. Ante el avance del racionalismo, los fieles a la Iglesia católica comenzaron a decaer. Por esta razón, la burguesía, el absolutismo y la propia Iglesia promovieron el movimiento barroco a través de la utilización de pinturas con una temática simple. Pero no solo influyeron las luchas religiosas. Otros acontecimientos, como los descubrimientos científicos y geográficos, también marcaron el período barroco: Galileo Galilei perfeccionó el telescopio mientras que Descartes redacta el Discurso del método. Al cambiar el paradigma del hombre, el Barroco expresaba miedo y confusión.

Por último, se innovó con el tenebrismo, técnica que daba un contraste entre sombras y luz a través de la iluminación, generando una ilusión óptica (claro-oscuro). También se diferenciaba del Renacimiento, debido a que no contaba con un punto central, el cual podía establecerse como el principal protagonista, sino que se construía una historia en base a diferentes actores (cada uno con un protagonismo similar). Sus reconocidos autores involucran un amplio abanico de artistas de la talla de Caravaggio, Bernini, Rubens, Vermeer, Rembrandt y Diego Velázquez, uno de los máximos exponentes de la pintura española y universal.

Conclusiones

El Renacimiento, Manierismo y Barroco, representan tres estilos únicos que mostraron una revitalización y recuperación de los ideales clásicos.

El Renacimiento evoca el humanismo exacerbado que detiene su mirada en el ser humano, dejando atrás el teocentrismo medieval. Este humanismo, confía en el poder del hombre, como individuo creado a imagen y semejanza de Dios y exalta su fuerza e inteligencia, presentándose en la obra de arte bajo una demostración del poderío.

En el otro extremo, tenemos al Barroco, que se presenta triunfante y seguro, no sustentado ya en el poder del hombre individual – el artista del Renacimiento – sino en la tradición y en la autoridad.

Por último, el Manierismo evoca ambigüedad, conflicto y duda, presentando la pérdida de fe en el ser humano y la necesidad de trascendencia más allá del hombre mismo.

Autor: Matías Lebrero, licenciado en historia por la Universidad Católica Argentina (UCA) para revistadehistoria.es

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Bibliografía

-Janson, H. (1999). Historia general del arte III. Madrid. Editorial Alianza.
-Argan, G. (1976). Renacimiento y barroco. Madrid. Editorial Akal.
-Hauser, A. (1978). Historia social de la literatura y el arte. Madrid. Editorial Guadarrama.
-Cravino, A. (2011). El diseño de interiores en la Historia. Buenos Aires. Editorial Univ

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