Era una mañana de sábado. Yo tomaba mate y leía Galeano y el Chino hacia unos dibujos cuando de la nada, como de costumbre, el niño me invita al debate:
– Pá ¿ Por qué los nenes como yo se mueren en la guerra ? –
Un nudo en la garganta y una sensación miserable comenzó a subirme por el pecho.
Trague saliva, cerre el libro y conteste:
– A veces las personas no se ponen de acuerdo y tienen que arreglar las cosas de manera fea, como con una guerra –
Me sentí poca cosa dando esta explicación visto que me hubiera gustado decirle : “Porque el mundo está lleno de hijos de puta y mezquinos sin corazón que merecen morir quemados en la hoguera ”
Pero me tuve que mantener en mis aptitudes de padre y no quisiera incrustarle este discurso en la cabeza a mi hijo, al menos, hasta que tenga la edad de elegirlo.
El debate continuó:
– ¿ Y quien hace las guerras ? – Pregunto el chango.
– La hacen los presidentes –
– ¿ Y por que? –
– Porque les hace falta algo que no tienen en su país, o que si tienen pero no les alcanza, como el petróleo o el territorio. Entonces lo van a buscar a otros países. Los otros países no le quieren dar así porque si lo que van a buscar y ahí empieza el conflicto, como cuando un compañero de la escuela quiere algo tuyo y te lo quiere quitar y vos no se lo queres dar –
– Ah. Y los nenes ¿ Que tienen que ver ? –
– Los nenes la ligan de arriba –
– ¿ De que se trata eso ? –
– Imaginate que el nene malo que te quiere quitar las cosas te arroja una goma de borrar y le pega al compañero que tenes al lado –
– Eso esta mal –
– Claro que si mijo. Pero a los que hacen la guerra nos les importan los nenes ni las personas que no quieren jugar a la guerra –
– Hay que decirle a la maestra –
– Si te pasa eso en la escuela si, tenes que decirle a la maestra –
– Y que los nenes de la guerra le digan a la maestra entonces –
– Las maestras de las guerras por lo general son los presidentes –
– Ah –
Camilo pensó unos segundo y se quitó de encima la misma sensación que sentía yo con otra pregunta :
– ¿ Acá hay guerras pá ? –
– No hijito, no hay ni va a haber ninguna guerra, quedate tranquilo. Hubo una hace mucho pero fue por unos señores que no querían a nadie –
Intentar hacer entender a mi hijo la estupidez humana es una de las tareas más difícil como padre.
Se acercaba el mediodía, el mate ya estaba frío y los dibujos ya coloreados cuando Camilo se dispuso a cerrar el debate:
– ¿ Y cuando termina la guerra ?
– La guerra termina cuando uno de los países se ríende y el otro gana. Ba, en realidad nadie gana en la guerra –
– ¿ Nadie gana ? –
– No mijo, nadie –
– ¿ Y yo voy a ser soldado ? – Pregunto con una queja de temor.
– ¿ Vos queres ser soldado ? – Replique.
– No – Dijo decidido.
– Entonces no. Mejor se dibujante, sos un genio dibujando –
– Si, mejor. Gracias pá –
– De nada Chino –