"Una tarde de primavera, cuando tenía ocho años, se fue corriendo.
En un momento dado estaba jugando con unos niños mayores en el bosque, y de golpe desapareció.
Todo el vecindario lo estuvo buscando desesperadamente bajo la lluvia y en el frío de la noche. Gritaban su nombre una y otra vez, con voces cada vez más afónicas cuyo eco resonaba entre las copas de los abetos. Pero era como si se lo hubiera tragado la tierra.
Y poco después del amanecer, cuando la esperanza ya estaba a punto de apagarse, lo encontraron metido en la grieta de una roca, empapado y ardiendo de fiebre. No lloró ni se rio al verse salvado, sino que se limitó a mirar fijamente al vacío.
No sabía explicar qué le había ocurrido; ni siquiera reconocía a sus propios padres. Al menos eso fue lo que le dijeron luego, cuando le contaron cómo había ido todo.
Pero él no recuerda nada del suceso, más allá de la forma en que se recuerdan los cuentos viejos; una historia que le han explicado tantas veces que casi se ha vuelto real.
Pero solo casi".
De esta novela me llamó la atención eso de la Unidad de Casos Perdidos, y por eso decidí llevármelo a casa. Hoy traigo a mi estantería virtual, El asesino de la montaña.
Conocemos a la inspectora Asker, una mujer que está ascendiendo rápidamente en la policía de Malmö. Su nombre suena como posible para los grandes ascensos. Y entonces una pareja desaparece tras irse a realizar una ruta; ella, de familia poderosa. Y Asker es retirada del caso mediante la treta de ascenderla a un departamento que nadie conoce y que se encuentra en el sótano de la comisaría. Allí se juntan los casos que nadie quiere y los policías que a nadie le apetece tener de compañeros. Aser ha sido relegada y su puesto ocupado por un policía con el que terminó a malas una relación.Lo que nadie espera es que desde el sótano Asker siga siendo una buena policía. Allí relacionará tres desapariciones con unas miniaturas que van apareciendo en una maqueta que la llevarán a conectar con su pasado y luchar por su presente. Parece que volvemos a la novela nórdica, la ambientación por encima de los detalles cruentos y la psicología de los personajes y una ambientación psicológica opresiva por encima de la sangre. Entonces, ¿qué tiene esta novela que hizo que destacara? Inicialmente podría hablar el urbex, una moda desde hace años que recorre las ciudades del mundo y hace que decenas de miles de personas se adentren en edificaciones abandonadas para tomar fotos con la premisa de no alterar nada. Y sería cierto, pero solo un detalle menor. Lo cierto es que lo más atractivo de esta novela es la combinación que realiza el narrador de focos visuales. Asker es la protagonista, pero alterna ese foco con el de otros compañeros y con el de el mismísimo Rey de la Montaña, además de buscar un hilo pasado que vaya situando al lector en el desarrollo de los dos nombres sobre los que pivota la novela. Y todo ello lo hace de forma cercana y que resulta sencilla de seguir para un lector que siente como la tensión va aumentando a medida que la trama se mueve cargando de tensión una lectura que hace que las páginas vuelen sea uno o no aficionado a este tipo de novela. Asker me ha parecido además un personaje interesante, una mujer fuerte aunque no de la forma tan directa a la que estamos acostumbrados, es algo más cotidiano, más del día a día que la convierte en una mujer normal con sus aciertos y errores con los que tiene que cargar y que evita, y le doy gracias al autor por ello, la tensión sexual que tanto me aburre en este tipo de novelas. Y es que me ha parecido bastante más interesante ir conociendo a los distintos policías que han acabado en el sótano, sus recelos frente a la nueva que esperan se marche en cuanto pueda, sus peculiaridades y también la forma en que cada persona tiene no solo sus defectos, si no también alguna virtud escondida que tal vez no sea tan visible o que simplemente nadie se ha parado a mirar.
Del final solo diré que me gusta cuando un autor deja de lado esa manía que parecen tener de sorprender al lector sacrificando muchas veces parte de la credibilidad de la trama. En este caso no hay grandes sorpresas (no nos engañemos, muchas veces los defensores de esas grandes sorpresas son los mismos que acaban buscando en google eso de "xxxxxx final explicado"), pero si un broche verosímil que cierra el inicio de una serie que bien puede ser leído como una novela independiente y única. El Asesino de la Montaña es una novela entretenida cuya lectura se disfruta sin recelos ni lagunas que molesten al lector.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias.