El obispo turco decapitado temía que su asesino atentara contra el Papa. Además, según varios testigos presenciales y fuentes oficiosas vaticanas, el prelado fue asesinado con un rito del fundamentalismo islámico. El homicida gritó "Alá es grande" tras decapitarle.
La agencia de noticias religiosa Asia News, adscrita al vaticano Pontificio Instituto de las Misiones Extranjeras, ha afirmado este pasado 7 de junio que el obispo italiano Luigi Padovese, jefe de los prelados católicos turcos, fue decapitado el jueves por su chófer al grito de "Allah Akbar" (Alá es grande) y que el crimen fue ejecutado según los cánones del fundamentalismo islámico. El crimen del vicario de Anatolia y presidente de la Conferencia Episcopal Turca había sido atribuido en un principio una perturbación mental no aclarada del chófer de Padovese.
Una fuente vaticana cercana a la preparación del Sínodo de Oriente Medio, de la que Padovese era figura central, ha confirmado esa impresión. "Según han relatado varios testigos, el ataque de Altun siguió las reglas del atentado fundamentalista contra el mal", ha afirmado la fuente. "El chófer de Padovese le degolló y le decapitó y después subió al techo de la casa gritando ´¡He matado al gran Satán, Alá es grande!".
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