Sí, es ésta una novela ciertamente divertida, capaz además de convertir en virtud el que en otras circunstancias podría considerarse un defecto. Las repeticiones del esquema básico de la trama no cansan al lector, sino que devienen en un elemento cómico más, hasta el punto de que, aún no ha fracasado, y una ya espera impaciente el próximo capítulo para averiguar qué nueva estratagema imposible ha ideado el Señor Y. para acabar de una vez con Blastein.Así que háganme caso y, cuando quieran reírse con ganas, lean, lean.
