El asma y la obesidad son dos enfermedades cada vez más presentes en la sociedad y existen estudios que apuntan a que ambas patologías pueden estar conectadas.
Diversos especialistas coinciden en que la obesidad precede o predice el desarrollo del asma. es lo que se conoce como un efecto de temporalidad, es decir, si una persona sufre obesidad es posible que desarrolle asma ya que el cumulo de grasa sobrante influye en la formación de una sustancia que inflama la mucosa de los bronquios y favorece o agudiza las crisis respiratorias.
Otro de los puntos en los que coinciden los especialistas es que a mayor grado de obesidad, mayor es la gravedad del asma del mismo modo que la pérdida de peso -ya sea a través de un tratamiento para combatir la obesidad o a partir de una dieta equilibrada y sana- mejora los síntomas del asma.El asma es otro de los problemas derivados de la obesidad.
Por ello es importante la consciencia desde bien pequeños de que unos hábitos alimenticios saludables nos aportarán mayor nivel calidad de vida y de salud. Un niño con obesidad tiene muchas papeleteas de ser un adulto con obesidad y por tanto de contraer asma y otras enfermedades asociadas a la obesidad.En un estudio reciente llevado a cabo en Estados Unidos se concluyó que el 12% de los obesos sufría asma, a diferencia del 6% de los participantes con peso normal. Se observó que la posibilidad de desarrollar asma aumenta según el Índice de Masa Corporal y la circunferencia de la cintura.