El gobierno de la Generalitat de Catalunya ha aprobado unas disposiciones que pretenden cobrar una tasa de 1 euro por cada receta del sistema de la Seguridad Social. Las disposiciones se han aprobado en el Parlament y representan que se cobrará el euro a todo el mundo, menos a los que perciban pensiones contributivas y y con un límite de 62€ anuales y las recetas que valgan menos de 1,67€. Se puede calcular que representará una recaudación de 180 millones de euros al año, 12% del gasto farmacéutico, que viene a ser de unos 1500 millones anuales.
Pero la justificacón “politica” se dirige a la desincentivación del consumo farmacéutico. O, desde otro punto de vista, a penalizar el empleo de fármacos. Pero ¿a quien desincentiva? El 100% de las recetas de la Seguridad Social están prescritas, ordenadas, por los médicos. Se da por supuesto que los facultativos acceden a demandas inmotivadas de la población, algo harto discutible.
En al ámbito de la Pediatría y en los últimos años se ha visto en este país una notable disminución del “consumo” de fármacos en la línea de una mayor conciencia “naturalista” en el manejo de las enfermedades más comunes, como la viriasis en los niños. La postura cada vez más extendida por parte de los pediatras de limutar el empleo de antitérmicos en los cuandos febriles banales va calando poco a poco en la población. El uso de antibióticos antes y tan lamentablemente extenso, se ha moderado. aunque no existen buenos datos al respecto. Y el número de nuevos (y caros) fármacos en Pediatria no es tan amplio como en la medicina del adulto.
Será interesante ver el efecto de la limitación de la tasa en fármacos de menos de 1.67€ sobre los precios que ofreceran las empresas farmacéuticas al conjunto de medicamentos de menos de 2€ por envase, como muchos antitérmicos y otros medicamentos de uso sintomático.
En general la medida ha generado más polémica que otra cosa y no somos capaces de apreciar que llegue a tener efectos sobre la salud, sinó sólo sobre la economía. Que, al fin y al cabo, es lo que persigue el Gobierno de la Generalitat catalana. Aparte queda la posible y ciertamente probable impugnación que haga el gobierno de España sobre esta materia en un conflicto de competencias.
Pero pensamos que hubiese sido más útil someter a una nueva rigurosa revisión el actual petitorio de fármacos y sacar de él todos los potingues inútiles y, ocasionalemnte, peligrosos que aún contiene la lista de fármacos subvencionados por la Seguridad Social. Y ello contando con la (amplia) información disponible de la propia Agència d’Avaluació de Tecnologia i Recerca Mèdiques de Catalunya que desde hace años promueve información contrastada sobre el uso de fármacos.
X. Allue )Editor)