En Israel existe el rumor de que en el Mar de Galilea (un 'mar' de agua dulce, que en realidad es un lago grande) había cocodrilos.
Cocodrilos traídos al país como mascotas, pero que luego al crecer, habían sido desechados por sus dueños en algún río. Allí los cocodrilos habrían sobrevivido y reproducido. No faltaba alguien que los 'había visto'. Rastreos sistematicos jamás mostraron rastros de su existencia, pero la leyenda aún persiste.
Otra leyenda asegura que cocodrilos, hambrientos y al acecho, habitan el sistema de desagues de Nueva York. También habrían llegado allí de la mano de dueños de mascotas irresponsables. Pero, nunca nadie ha evidenciado la veracidad de la leyenda.
Leyendas. Sin embargo, muchas veces la mano del Hombre sí tiene que ver con la introducción artificial de una especie en un habitat que no le pertenece. Y muchas veces, si esa especie no tiene allí un predador natural, se convierte en una plaga que destruye todo el equilibrio ecológoco de su nuevo hogar.
Entre otros muchos, recordemos los casos de la 'abeja asesina' llegada a Brasil desde Africa, de la serpiente marrón en Guam y de la Carpa Asiática a los EEUU.
Ahora está esto de las serientes pitón que se han asentado en los pantanos y humedales de Florida desde el 2000, causando lo que recién hoy se percibe como una catástrofe para los mamíferos de este ecosistema.
Con un promedio de 4 metros de largo, la pitón burmesa, preda sobre un amplio rango de mamíferos, pájaros e incluso, cocodrilos.
Un censo reciente mostró que mapaches, opossums y linces han desaparecido en casi un 90% desde 2003. No se halló ningún conejo. Investigadores temen que sólo sea el daño visible, es posible, dicen, que especies menos vistosas, como pájaros, otras serpientes y reptiles también hayan sufrido el ataque de las pitón.
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