Revista Cine

El Atlas de las Nubes: un nuevo salto al vacío

Publicado el 11 marzo 2013 por Despiram @FrikArteWeb

¿Qué es un oceano sino una multitud de gotas?

Podría ser muy fácil criticar vilmente esta película. Podríamos decir que el maquillaje es cutre hasta decir basta, que las caracterizaciones son risibles, o que Tom Hanks, Halle Berry y el resto del reparto ofrecen una interpretación tan mediocre como el actual estado de sus carreras profesionales. Sin embargo, tal y como propone el relato que se nos cuenta, deberíamos ser capaces de ver más allá de lo que las imagenes que El Atlas de las Nubes muestran en la pantalla para llegar hasta su mismo corazón, a lo verdaderamente importante.

Dejando a un lado que sus películas gusten más o menos sus películas, la verdad es que si hay algo que no se les pueda echar en cara a los hermanos Watchowski es que busquen la comodidad del éxito asegurado. Es continuo su esfuerzo por andar por el camino difícil y por arriesgar siempre. En este caso nos encontramos ante una película compleja no sólo en lo argumental, sino también en lo formal. La historia de El Atlas de las Nubes se compone de seis historias distintas cuyos ecos resuenan entre ellas, abarcando desde un barco comercial de 1849 hasta un futuro postapocalíptico en la que la humanidad ha sido víctima de su propio progreso. La gracia de la obra reside en que estas historias están contenidas una dentro de otra, formando un juego al estilo de las muñecas matrioskas rusas. Es decir, el diario que escribe el protagonista del barco de la primera historia, el cual estamos leyendo nosotros, es leído a su vez por el personaje de la segunda historia. Este, a su vez, escribe unas cartas que leerá Luisa Rey, la protagonista de la tercera historia, y así sucesivamente.

La conexión entre esas historias se da a distintos niveles. Por un lado se encuentran las acciones o elementos que de una forma u otra aparecen en otras historias, como por ejemplo la sinfonía del Sexteto del Atlas de las Nubes que compone uno de los personajes en 1936 y que se convertirá en himno en  un futuro año 2144. Por otro lado, y aquí es donde se sitúa toda la carga dramática, en todas las historias se repiten una serie de temas que son los que dan sentido global a la obra. La opresión del fuerte contra el débil, la búsqueda de libertad, de la verdad, la revolución o el poder del amor  -este sobre todo en la versión fílmica-, son algunos de los temas que sirven como nexo de unión entre todas las historias, llegando a formar en conclusión un discurso único y lógico. Temas, por otra parte, ya tratados por los Watchowski en sus anteriores películas.

La estructura de la novela está divida en dos, a modo de espejo, de forma que todas las historias están divididas en dos partes. Así, la segunda parte de la primera historia será la última, la de la segunda historia la penúltima, y así. Esta original construcción, además de otros detalles argumentales, es manipulada en la película, de modo que se hace coincidir escenas concretas con cosas en común de las distintas historias, a fin de hacer más visible es slogan de la película “Todo está conectado”. De hecho, todos los grandes temas mencionados anteriormente resultan mucho más sencillos de captar que en  el libro, facilitándole el trabajo al espectador.

Otra de las bazas del film, al igual que en el libro, es la variedad de géneros de que dispone. Comedia, drama, ciencia ficción, thriller político o aventuras clásicas se dan a lo largo del metraje, todos tratados como tales y consiguiendo además que el espectador no se sienta desorientado. Para ello las imágenes se apoyan en una magnífica banda sonora, con distintos temas que caracterizan muy bien los distintos tonos del film.

El Atlas de las Nubes es una película aparatosa y aparentemente compleja, pero que guarda un gran relato. Si sois capaces de que cosas tan triviales como el maquillaje que las distintas encarnaciones de los actores no os moleste a la hora de verla, sin duda esta película os recompensará con un viaje espacio-temporal emotivo como pocos. Yo ya estoy esperando a ver el próximo salto al vacío de los hermanos, Jupiter Ascending.

 

 


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Por  Ivar Eric Bergelin
publicado el 12 marzo a las 23:47

El Atlas de las Nubes es una película aparatosa y aparentemente compleja, pero que guarda un gran relato. Si sois capaces de que cosas tan triviales como el maquillaje que las distintas encarnaciones de los actores no os moleste a la hora de verla, sin duda esta película os recompensará con un viaje espacio-temporal emotivo como pocos. Yo ya estoy esperando a ver el próximo salto al vacío de los hermanos, Jupiter Ascending.

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