Los gobiernos liberales no son capaces de frenar la descomposición del régimen parlamentario. Desde 1917 hasta junio de 1919, presidió el Gobierno Orlando; de junio de 1919 a junio de 1920 lo hizo Nitti. Este hombre intentó una política posibilista y de pacificación (legalizó la ocupación de tierras incultas en Italia sur, aprobó precios sociales para artículos de primera necesidad...); se tuvo que enfrentar a la ocupación de Fiume que desautorizó en todo momento. Perono pudo hacer frente a la crisis económica, el desempleo, la inflación y el desabastecimiento. La gran agitación tanto en las ciudades (en Florencia se llegó a proclamar una república de sóviets) como el campo asustó a industriales y grandes empresarios que tenían presente el proceso revolucionario ruso, comenzaron a apoyar a los fascistas a cambio de que sus "camisas negras" contuvieran a los revolucionarios. El Gabinete Giolitti (jun. 1920‑jun. 1921) fue crucial para el despegue del Fascismo; durante su mandato, los fascistas pasan a convertirse en una verdadera amenaza para el Estado. Giolitti era un hombre ya mayor, muy contemporizador, que buscaba una especie de conservadurismo ilustrado sin reprimir ninguna tendencia ni fuerza social. Tomó algunas decisiones muy arriesgadas (reconoció la reforma agraria derivada de la ocupación de tierras, aprobó un impuesto progresivo sobre la renta, restableció la autoridad parlamentaria puesta en entredicho por la entrada de Italia en la Guerra, evacuó Albania y reconoció su independencia...), pero el mayor problema que hubo de resolver fue el de la ocupación de fábricas que comenzó en Milán en septiembre de 1920, luego se extendió a Turín (un grupo de licenciados univertitarios, liderados por A. Gramsci, crearon "consejos de fábrica") y otros lugares (fueron ocupadas entre 160 y 300 fábricas, cifras que varían según los diferentes autores). Giolitti se negó a emplear la fuerza para desalojar las fábricas y se inclinó por la negociación (presionaba a los propietarios de las fábricas para que hicieran concesiones), quería demostrar que se podía dialogar con los obreros y que éstos no querían tomar el poder de forma revolucionaria sino que simplemente querían mejorar sus condiciones. “Es necesario hacer entender a los industriales que ningún gobierno italiano recurrirá a la fuerza y provocará una revolución simplemente para ahorrarles dinero” (Telegrama de Giolitti al prefecto de policía de Milán)
Toma de una fabrica en Florencia. En la pancarta puede observarse la hoz y el martillo símbolos de la Revolución Rusa
Aunque los obreros depusieron su actitud en octubre, los patronos no aprobaron esta política y criticaron al Gobierno por su incapacidad para intervenir, algunos lo calificaron de "traición del gobierno".
Caricatura: El capital pide ayuda al Fascismo
Mussolini al principio no vio mal este movimiento de ocupación de fábricas, pero al extenderse advirtió que se opondría tajantemente a una experiencia de tipo bolchevique. El fascismo aprovechó la coyuntura para presentarse como defensor del orden. Siguió un gran brote de violencia fascista contra obreros revolucionarios, sindicatos, ayuntamientos de izquierda, etc. Los "escuadrones" fascistas (muchas veces con el apoyo de la milicia y policía de la zona) comenzaron a protagonizar violentos ataques "patrióticos" contra sede de sindicatos y Cámaras Obreras, campesinos que habían participado en la ocupación de tierras, sedes socialistas, Bolsas de Trabajo, imprentas y sedes de periódicos de izquierda...
Decían que su objetivo era salvar a Italia de la tiranía bolchevique. Del 1 de enero al 13 de mayo de 1921 hubo 207 muertos y 819 heridos graves a causa de la violencia fascista. La clase obrera no fue capaz de articular una respuesta adecuada.
Casa del Pueblo de Trieste, incendiada por los fascistas en 1922
"EN PLENA NOCHE, CUANDO LA GENTE HONRADA ESTÁ EN SU CASA, DURMIENDO, LOS CAMIONES DE LOS FASCISTAS LLEGAN A LAS PEQUEÑAS ALDEAS SITUADAS EN MEDIO DEL CAMPO, O A LOS CASERÍOS DE ALGUNOS CENTENARES DE HABITANTES. LLEGAN EN COMPAÑÍA DE LOS DIRIGENTES DE LA AGRARIA LOCAL (ORGANIZACIÓN PATRONAL), NATURALMENTE, SIEMPRE CONDUCIDOS POR ELLOS, PUES DE LO CONTRARIO SERÍA IMPOSIBLE, EN PLENA OSCURIDAD, RECONOCER LA CASA DEL JEFE DE LA LIGA (EL SINDICATO AGRARIO LOCAL) O LA PEQUEÑA OFICINA DE COLOCACIÓN. LLEGAN HASTA UNA DE LAS CASAS Y SE OYE LA ORDEN: «RODEAD LA CASA». SON DE VEINTE A CIEN HOMBRES ARMADOS CON FUSILES Y REVÓLVERES. LLAMAN AL JEFE DE LA LIGA Y LE ORDENAN QUE BAJE. SI ESTE NO OBEDECE SE LE DICE: «SI NO BAJAS, QUEMAREMOS LA CASA, CON TU MUJER Y TUS HIJOS». ENTONCES EL JEFE DE LA LIGA BAJA. SE ABRE LA PUERTA, LO COGEN, LO ATAN, LO SUBEN AL CAMIÓN, DONDE LE SOMETEN A LAS TORTURAS MÁS INVEROSÍMILES, SIMULANDO QUE LO VAN A AHOGAR O A MATAR, Y DESPUÉS LO ABANDONAN EN PLENO CAMPO ATADO A UN ÁRBOL, DESNUDO. SI, POR EL CONTRARIO, ESTE ES UN HOMBRE CON AGALLAS, QUE NO ABRE LA PUERTA Y UTILIZA ALGÚN ARMA PARA DEFENDERSE, ENTONCES EL RESULTADO ES EL ASESINATO INMEDIATO DEL CIENTO POR UNO". MATTEOTTI. DISCURSO DE MARZO DE 1921.
Paralelamente, el Fascismo comenzó a contar con abundantes recursos llegados de los empresarios tanto industriales como agrarios.
El 13 de mayo de 1921 se celebran nuevas elecciones tras una campaña electoral muy violenta. Serrati podía escribir: “vivimos jornadas de angustia, nuestros asuntos y nuestra vida misma no valen un céntimo”. A pesar de todo, los Fascistas sólo consiguieron 35 diputados de los más de 500 de que se componía el parlamento. Es el mejor resultado que consiguen los Fascistas en unas elecciones “¿libres?”. Una vez en el Parlamento, Mussolini negó el apoyo a Giolitti. Siguieron los gobiernos de Bonomi (junio 1921 a febrero de 1922) y de Facta (hasta octubre de 1922), éste mostró gran pasividad ante las tropelías fascistas.
En noviembre de 1921 los Fascios se transformaron en el Partido Nacional Fascista (PNF). El Fascismo se convertía en un partido muy jerarquizado para “reforzar su doctrina y precisar su credo”. Tenía voluntad de ser un partido interclasista y de orden. En el programa fundacional, que se publicó en Il Popolo d´Italia, define la nación como “la síntesis suprema de todos los valores materiales y espirituales de la raza” y no como la simple suma de individuos. Otras ideas:
- Necesidad de restaurar el prestigio del Estado.
- Limitar las funciones del Parlamento.
- Reconocimiento del derecho de la propiedad privada.
- Se presentan las Corporaciones como expresión de la solidaridad nacional y como medio para el desarrollo de la producción.
- Necesidad de elevar el nivel cultural y moral de las masas.
- Prohibición de la huelga en los servicios públicos.
- Revisión del Código Penal Militar.
- Reorganización del ejército y dotándolo de una buena formación. En política exterior, Italia debía cumplir su misión de ser el bastión de la civilización latina en el Mediterráneo.
- La pasividad de los gobiernos liberales burgueses. Hay que preguntarse si fue voluntaria o inevitable. Algunas veces los gobiernos quisieron frenar la violencia fascista, sin embargo, dominó la actitud de conciliación y flexibilidad ante el auge fascista.
- Simpatía hacia los fascistas por parte de la policía y las fuerzas de seguridad del Estado. Está claro que éstas trataban de diferente modo a los agitadores fascistas que a los del otro signo. En documentos internos de estos cuerpos (por ejemplo en el enviado en la primavera de 1921 por el Ministro del Interior al Inspector General de Seguridad o en diversas circulares del ejército) se afirma que ellos y los fascistas luchaban contra un enemigo común. Es más, en algunas provincias la policía se llegó a negar a reprimir la violencia fascista. El ejército incluso llegó a proporcionarlos armas, camiones... El gobierno puso de manifiesto su impotencia para acabar con tales simpatías. Algunos autores señalan que incluso el poder judicial miraba con buenos ojos a los fascistas.
- Fracaso del pacto de pacificación acordado por fascistas parlamentarios y socialistas para detener la violencia (agosto de 1921). Fue un intento de Mussolini para conseguir hacer del fascismo un movimiento respetable, capaz de llegar al gobierno. Se opusieron rotundamente los fascistas de provincias, así que fue un fracaso. Este hecho demuestra que, a veces, Mussolini era incapaz de imponerse y que su posición de mando no tenía más sentido que el de proporcionar una pantalla de oratoria al Fascismo.
- Fracaso de la formación de un gobierno antifascista formado por liberales y socialistas (julio, 1922). Pocos días antes los Fascistas habían saqueado las casas de dos diputados. Fracasó por la intransigencia de muchos liberales que en el fondo aún seguían pensando en la posibilidad de absorber al Fascismo.