¿Has intentado mandar a alguien a la "muerda"? ¿O al querer mentarle la madre la has llamado "pura"? ¿O has querido llamar a alguien tonto o lelo y en su lugar le enviaste "gominolas"? ¿O un tontolaba mejoró su condición al verse transformado en "otomana"?
Eso es porque el autocorrector te hace mejor persona.
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Decía @lirondos en una conferencia que el autocorrector de los procesadores de texto, móviles incluidos, le hace mejor persona, porque le sugiere que mande a la gente a la "muerda".
Quién no se ha encontrado con ese impertinente sugeridor de palabras, empeñado en modificar nuestras intenciones iniciales en aras de la corrección…
Ejemplos hay muchos, algunos bastante compartidos por las redes sociales, más o menos ingeniosos, quizá apócrifos. Pero, como dice el aforismo clásico "se non è vero, è ben trovato".
Siempre está la opción de desactivar el autocorrector, para que no decida por nosotros, pero lo mismo es peor el remedio que la enfermedad.
Pero no es necesario recurrir a ejemplos de cuya veracidad podemos dudar. Basta con hacer unos breves intentos en nuestro propio teléfono para comprobar la gran verdad que sirve de título a este apunte:
¿Un auténtico estúpido vio su estulticia endulzada?
¿Esa persona ignorante y de cortas entendederas vio de pronto cómo su lugar de nacimiento era Turquía?
¿Mandar al guano se transformó en poética metáfora?
¿La madre del interfecto cambió completamente de profesión?
¿Ese enfermo de idiocia, de pronto, se volvió políglota?
¡Déjate seducir por el autocorrector!
Mejorará tu vocabulario, tu ortografía y tu prosodia.
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Si tenéis más ejemplos edificantes, y tenéis tiempo y ganas de enviárnoslas, con mucho gusto las incluiremos en esta apresurada antología.