A los once años llegó al infantil del Sao Paulo después de haber brillado ya como un crío en Sao José dos Campos, en una escuela llamada Moreira Sport, de la que salieron otros jugadores como Sergio Motta o el hasta hace poco compañero de Beckham en el Galaxy Víctor Gomes. Organizan partidos para ojeadores, y hasta allí se marchó un día Marcio Saraiva para reclutar a Casemiro, cuya adaptación fue complicada. Tanto como una infancia marcada por las dificultades.
Debutó ante el Santos con sólo 18 años, en julio de 2010. Brilló en la selección brasileña Sub-17 junto a Neymar y rápido llegaron algunas comparaciones con Felipe Melo. Se le asemeja en la intensidad del juego. Desde que el técnico de los juveniles del Sao Paulo, le dio minutos en los juveniles, creció a gran velocidad. Campeón como capitán de la famosa Copinha, la Copa Sao Paulo de Juniors. Luego, aquel primer partido ante el Santos llego el primer tanto al Cruzeiro. Llegarían varios más por su llegada y su peligro a balón parado. Pero al final se quedó sin hueco en el Sao Paulo por el gran momento de Denilson y Wellington como pareja de mediocentros. Algo extraño, no sólo por el debut antes en la absoluta, sino por el gran nivel demostrado en aquel Sudamericano Sub-20 junto a Neymar y Lucas Moura.
Es mediocentro de contención, no es mediapunta, sí mediocentro puro. Su fichaje por el Castilla ha sido la gran sorpresa del mercado. Por nivel y por llegar a un Segunda, aunque sin duda Mourinho le tiene en mente para el primer equipo. Trabajador incansable, excelente disparo desde media distancia, si le permiten llegar al área, como en el Sao Paulo, puede ser una alternativa viable a Khedira, y seguro que tendrá oportunidades. Peligroso en el juego aéreo por su envergadura, algunos de los seis goles que marcó en el Sao Paulo llegaron así. No sería un buen organizador, pero sí un fenomenal complemento. Su crecimiento aún está por ver. Inter y Juventus le seguían y hubiese tenido seguro éxito en Italia. Probablemente también lo tendrá en España.