Publicado por Jon Aloses
El 15 de junio del pasado año 2014 Estados Unidos, junto a una coalición de otros ocho países (Reino Unido, Francia, Bélgica, Dinamarca, Holanda, Canadá, Australia y Jordania) comienza una operación de bombardeos sobre posiciones del daesh en Irak en un intento de parar el rápido avance de este sobre el desierto iraquí, que se acercaba peligrosamente a la capital y había conquistado cinco días antes la segunda ciudad más poblada del país: Mosul.
Sumado a esto más de una veintena de países suministran apoyo militar y humanitario en un intento de ayudar a las fuerzas que se enfrentan al daesh. Entre ellas podemos encontrar personal militar de la brigada paracaidista española (BRIPAC). Sí, por si alguien no se ha enterado tenemos unas 300 tropas en Irak.
Tabla de países que integran la coalición anti-ISIS, tanto en Irak como en Siria.Tras un goteo de bombardeos en verano, el 10 de septiembre anuncia la ampliación de las operaciones a territorio sirio, sumándose en este ámbito países árabes nada más (Arabia Saudí, Qatar, Jordania, Emiratos Árabes Unidos y Bahrein), exceptuando Francia, que se unió por iniciativa propia a finales del mes de septiembre.
Mientras que la intervención en Irak contaba con el beneplácito del gobierno iraquí, no era así en el caso sirio, donde Estados Unidos se limitó a enviar una carta formal al gobierno sirio a través del ministro de exteriores iraquí. Con esta acción Estados Unidos y su coalición contravenían una vez más el reglamento internacional al intervenir en un país extranjero sin la autorización del gobierno del mismo. Aún así, no hubo objeción por parte de Damasco, esto es comprensible puesto que Estados Unidos se limitó a atacar objetivos del Estado Islámico y del Frente Al-Nusra, enemigos directos del régimen sirio.
Las acciones de Estados Unidos contra daesh parecían situarle de nuevo como “la policía del mundo”. La mayor parte de la opinión pública no entendía la razón de meterse de nuevo en una campaña bélica, aunque esta fuese contra un enemigo tan execrable como el Estado Islámico. Pero lo cierto es que Estados Unidos respondió a una petición de ayuda por parte del gobierno iraquí por algo de lo que era el responsable principal (el surgimiento del Estado Islámico):
-Así es, tras la exitosa invasión estadounidense en 2003 que tan tristemente apoyo el gobierno del presidente Aznar sobrevino una sangrienta posguerra de 8 años en la que grupos extremistas (de mayoría suni) realizaron una extensa campaña de atentados y ataques de guerrilla a la coalición, dejando al país en situación de guerra civil sectaria entre suníes y chiíes. Esto se debió a que, una vez invadido y rendido el Estado iraquí, se desmanteló masivamente el ejército del país (de mayoría suní) para sustituirlo por mandos de confesión chií.
Esto nos dejo una ingente cantidad de personal militar con altos conocimientos de la guerra sin trabajo que fueron radicalizándose, parte de estos altos mandos acabaron en las filas del Tanzim Qaidat al-Jihad fi Biladal-Rafidayn (anterior nombre dado al daesh) y en 2004 se unieron a Al-Qaeda llevando a cabo numerosas acciones terroristas en Irak.
Es harto evidente que un grupo terrorista como el Estado Islámico no puede conquistar un territorio tan extenso con tanta facilidad y con tácticas propias de guerra total como la blitzkrieg sin ayuda externa, pero es algo en lo que profundizaremos más adelante en próximas publicaciones. Que esta ayuda le ha sido dada por parte de los Estados Unidos no queda claro, aunque lo que sí es notablemente grave es que la agencia que se encarga de distribuir los videos del daesh se encuentre situada en el estado de Maryland y sea controlada por un analista israelí.
Y mencionando a Israel dejamos la puerta abierta para siguientes publicaciones sobre el papel de las potencias regionales y su posible ayuda al Estado Islámico, siendo la de Turquía la más evidente y preocupante, aunque sin descartar la de los servicios de inteligencia saudís y el siempre efectivo Mossad israelí. Y es que no me negarán que es sospechoso que con todo el odio que atesora el Estado Islámico hacía el pueblo judío ni siquiera le haya atacado directamente teniéndolo tan cerca.
Otra de las principales críticas que se le realiza a Estados Unidos y su coalición con respecto a la lucha contra el Estado Islámico ha sido su relativa inmovilidad ya que tras más de un año de campaña de bombardeo no se han visto grandes cambios a excepción del frente Kurdo. Ha sido este último mes donde se ha visto realmente la cara oculta de estos bombardeos con la incorporación directa de Rusia a la guerra Siria. Recientemente el presidente ruso Vladimir Putin acusaba a ciertos países occidentales de financiar al Estado Islámico así como de permitir impunemente la financiación de este mostrando en la misma cumbre imágenes de las inmensas filas de camiones que se encargan de transportar el petróleo del daesh hacía Turquía. Sorprendentemente, esa misma mañana un ataque estadounidense destruía 116 camiones de transporte de crudo. Evidencias como estas indican una estrategia errónea o, al menos insuficiente, en la lucha contra el daesh por parte de la coalición al tener que esperar a que Rusia señalase objetivos de tal calibre, aunque se presupone que el ataque estaba planeado con anterioridad es extraño que hasta ahora no se haya atacado la infraestructura de financiación del Estado Islámico de manera efectiva.
Y es que Rusia, en menos de dos meses de bombardeo, ha atacado un porcentaje mucho mayor de objetivos que toda la coalición que maneja Estados Unidos. Aunque sí que es cierto que la mayor parte de los ataques han sido a la facción rebelde anti-Asad y al Frente al-Nusra, esta injerencia es sin duda alguna un golpe de autoridad por parte del presidente Putin a las acciones de los países occidentales y crea muchas dudas sobre la efectividad de la llamada coalición internacional. La razón de esto puede deberse a lo que Estados Unidos denomina “ataques quirúrgicos”, básicamente y según informan fuentes de la coalición se busca limitar los “daños colaterales”, esto es, las muertes de civiles inocentes, denegando muchos de los ataques planeados por considerarlos peligrosos. Aunque es una iniciativa encomiable lo cierto es que la información no siempre es correcta y en ocasiones se producen errores, de sobra es conocido el ataque reciente a principios de octubre de un hospital de Médicos Sin Fronteras por la fuerza aérea estadounidense produciendo 30 víctimas mortales y otros tantos heridos. Lo cierto es que el Estados Unidos ha producido entre 500 y 3.500 bajas civiles según la fuente que se consulte, sorprendentemente tan solo ha reconocido de manera oficial la muerte de dos de ellas.
Tras mencionar las labores y razones de Estados Unidos y su coalición para bombardear en Siria vamos a analizar las acciones de diversa índole que ha realizado de manera indirecta, ayudando en su mayoría al conocido como Ejercito Libre Sirio (FSA en inglés), aunque posteriormente esta ayuda haya caído en manos de otros grupos, incluido el Estado Islámico.
Comenzó con lo que se conoce como envió de material “no letal”: raciones de comida, ropa militar, tecnología de comunicaciones, sistemas de energía solar y sobre todo transportes en forma de todoterrenos pick-up y camiones. Es curiosa la historia de la siguiente fotografía publicada por el grupo islamista radical Ansar al-Din en la que se observa perfectamente el nombre de una empresa de fontanería Mark-I Plumbing con el número de contacto del estado norteamericano de Texas. El dueño declaró haberla vendido a una empresa de segunda mano, a su vez esta la subastó donde en principio se le pierde la pista. Ante todo un caso curioso pero sobre todo sospechoso.
La camioneta Ford F-250 de la discordia, montada con un antiaéreo de 23mm.En un breve periodo de tiempo la ayuda aumentó en forma de financiación, entrenamiento y labores de inteligencia a las milicias consideradas más moderadas por la agencia central de inteligencia estadounidense (CIA) y el servicio secreto de inteligencia (MI6) británico. Por desgracia la elección de estas milicias no fue del todo acertada como veremos a continuación.
Mientras la CIA y el MI6 se han dedicado a financiar y armar a los rebeldes de manera extraoficial y sin grandes datos conocidos hasta la fecha, la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense aprobó el 17 de septiembre de 2014 de manera totalmente oficial, dos días después del inicio de los bombardeos en Siria, el envío de un contingente de 400 militares y personal de apoyo a países limítrofes con Siria (la mayoría en Turquía y Jordania) para entrenar a unos 5000 combatientes al año con la condición de que luchasen contra el daesh.
Aquí reside el problema, la mayoría de los grupos seleccionados como “moderados” para recibir el entrenamiento se negaron a esta condición alegando que preferían combatir al régimen Sirio que al Estado Islámico. Una de las agrupaciones seleccionadas en un principio era la islamista Army of Mujahedeen (si, combatientes islámicos) que agrupa a diversas brigadas y combate al ISIS. Finalmente se decidió armar directamente al grupo Hazz Movement, considerado moderado y perteneciente al Ejército Libre Sirio. Esta operación resultó totalmente inefectiva ya que el Frente al-Nusra (al-Qaeda en Siria) ocupó y desplazó a este grupo, haciéndose con el armamento y equipación que los estadounidenses le habían entregado. De la misma manera el primer grupo de combatientes entrenados en Turquía fueron aniquilados o capturados por al-Nusra nada más pasar la frontera con Siria. Por si no era suficiente, el segundo grupo de combatientes entregó directamente las armas a al-Nusra nada más pasar la frontera con Siria, demostrando la inefectividad de las medidas de la CIA. Tras demostrarse que el operativo presupuestado en 500 millones de dólares era un fracaso se ordenó su cancelación el pasado mes. Tan solo la nueva fuerza creada recientemente, la New Syrian Army, parece que vaya a cosechar algún éxito en la región de Deir al-Zor.
La administración Obama decidió entonces dar un giro y apostar por otro de los actores implicados en esta guerra: los kurdos.
Llama la atención el apoyo por parte de occidente a los combatientes Kurdos en Irak en contraposición al prácticamente abandono que se le ha realizado a los que combaten en el frente Sirio. Esto tiene una explicación muy sencilla y es básicamente política:
Mientras en Irak encontramos a las fuerzas Peshmerga, que abogan por el nacionalismo kurdo y la socialdemocracia, en Siria nos encontramos a los combatientes del YPG/YPJ que son confederalistas. El principal escollo al que se enfrenta el grupo del YPG/YPJ es que son aliados identitarios del Partido de los Trabajadores del Kurdistán más conocido como PKK y que es considerado por Turquía y la OTAN como terrorista. Ya hablamos en el post anterior que el presidente turco Tayyip Erdogan considera al PKK (y por ende al YPG/YPJ) igual o más peligroso que el mismo Estado Islámico, dejando entrever que existe cierto apoyo extraoficial al daesh. Es bien sabido que la frontera con Turquía ha sido la principal entrada de combatientes extranjeros a los grupos rebeldes, al-Nusra y daesh así como la salida del petróleo de que sirve de financiación para este último. Tanto de esto como de las características del bando Kurdo hablaremos en profundidad en los siguientes artículos.
Se ha dispuesto muy poca ayuda a los kurdos que luchan en el frente Sirio, en cambio la fuerza peshmerga iraquí dispone de un equipamiento más amplio y moderno gracias a una enorme financiación por parte de Estados Unidos y países europeos como Alemania.
Y es que no fue hasta la batalla de Kobane a mediados de septiembre, una ciudad siria de mayoría kurda, cuando vimos verdaderamente a Estados Unidos implicarse en la ayuda a los kurdos sirios. Tras una resistencia encomiable por parte de ellos el superior número y armamento del daesh cercó la ciudad haciendo huir a más de 200.000 kurdos a la vecina Turquía, hecho del que se hicieron eco los medios occidentales y que alarmo a la comunidad internacional. Esto acarreó el comienzo del bombardeo a posiciones del Estado Islámico por parte de la aviación de la coalición internacional puesto que el ISIS había invadido la ciudad y pretendía hacerse con el puesto fronterizo que delimitaba con Turquía.
Tras esto la colaboración con los kurdos ha sido mucho más efectiva, de encontrarse estos en retirada ante las acometidas del ISIS ahora se encuentran en plena ofensiva y han sobrepasado las fronteras teóricas de la zona kurda. Los kurdos sirios disponen ahora de una fuerza combativa de unos 50.000 hombres, siendo pareja a los números más optimistas que se le barajan al Estado Islámico. Se muestran pues como una fuerza a tener en cuenta y Estados Unidos lo sabe. Los kurdos ya eran aliados del Ejercito Libre Sirio pero tras la incorporación de Rusia al teatro sirio la alianza pasó a ser algo más. Justo 10 días después de que Rusia comenzase los bombardeos se declaró la creación de las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF): una unión entre las fuerzas kurdas del YPG/YPJ con algunos de los grupos más moderados del FSA (la auténtica, no la que se comparte territorios con al-Nusra) y brigadas locales de autodefensa.
La razón de esta unión persigue dos objetivos:
Los kurdos ya han traspasado la frontera invisible que separa las poblaciones de mayoría kurda con las de mayoría árabe. No pueden ocupar poblaciones árabes y gestionarlas sin el apoyo de esa población, con la absorción de estos grupos pertenecientes a Ejercito Libre Sirio los poblados de mayoría árabe aceptarían la nueva situación mostrando su colaboración. La necesidad es obvia teniendo en cuenta que tarde o temprano se intentará una conquista a Raqqa, la capital del Estado Islámico, imposible realizarla sin un apoyo interno de la población civil.
Ganancias obtenidas por las fuerzas kurdas de Siria tras la batalla de Kobane
-El régimen de Damasco combate fervientemente a la oposición, el Ejercito Libre Sirio, en cambio tiene una tregua declarada con las fuerzas kurdas. Integrando a las dos fuerzas en una misma se obliga al régimen a buscar una tregua. Sería una manera de acrecentar los esfuerzos en contra del yihadismo de al-Nusra, el Frente Islámico y sobre todo el daesh. Esta nueva alianza se ha considerado entre los círculos de geopolítica como una maniobra coordinada entre los gobiernos estadounidenses y rusos para buscar una solución más rápida del conflicto.
De aquí en adelante veremos cómo siguen los derroteros con relación a la nueva alianza ya que el grueso de las fuerzas lo siguen componiendo los kurdos. De momento ya ha habido un avance enorme desde su creación, recientemente colaboraron en la reconquista de la ciudad de Sinjar con las fuerzas peshmergas iraquíes y los bombardeos estadounidenses, cortando la principal ruta de comunicación entre las dos principales ciudades del Califato Islámico: Raqqa y Mosul.
Se ve que las principales potencias buscan una salida airosa para el conflicto, pero la pregunta es: ¿se ha tenido en cuenta a los sirios? La presencia de Rusia sugiere que, al menos si por la parte del régimen de Damasco, pero ¿qué hay de la oposición siria? ¿Y de los kurdos? ¿Es posible que Estados Unidos negocié su futuro sin contar con ellos?
Por desgracia las respuestas a estas preguntas tan solo nos las dará el tiempo, mientras las grandes potencias urdirán sus estrategias a merced del sufrimiento de los propios sirios.