El azúcar envejece

Sabemos que es importante incluir azúcar en nuestra dieta, ya sea a través de azúcar propiamente dicho, o de alimentos que la contienen sistentizada. 

Una vez en nuestro organismo, el azúcar se une a determinadas moléculas para trasladarse dentro de nuestro cuerpo, ya que no puede hacerlo solo. Pero se llama glicación el proceso por el cual el azúcar es tanta que comienza a unirse a proteínas porque no quedan moléculas libres en las cuales “viajar”. El problema es que el azúcar debilita a la molécula de la proteína, hasta llegando a provocar su anulación.

Cuando la proteína muere, dependiendo de su ubicación en nuestro cuerpo, causa distintos efectos de deterioración en él. A muy largo plazo, en la sangre desestabiliza la presión arterial y genera placas arteriales; en los ojos conduce a las cataratas; en los pulmones dificulta la entrada y salida de aire; y, lo que es más visible, en la piel y entre las articulaciones lo que se glica es el colágeno, por lo que la piel pierde elasticidad y se forman arrugas, y aumentan los dolores articulares.

No podemos evitar por completo la glicación, pero sí cuidar que no sea excesiva, llevando una dieta limitada en calorías, acompañando las proteínas que ingerimos con carbohidratos de baja glucemia y dejando de consumir alimentos demasiado cocinados.