Un error, muy típico, es alargar en exceso a introducción del sólido. Unas veces por comodidad ( es más rápido y más fácil dar un puré), otras por miedo ( esperan a que les salgan todos los dientes a los niños para que puedan masticar y no se atraganten) y otras porque creen que con el puré se alimentan mejor y comen más cantidad.
Yo recomiendo introducir el sólido en función de la aparición de la motivación del niño por probarlo, aproximadamente en torno a los seis meses, aprovechando el momento en el que nosotros comemos. Los colores, las diferentes texturas, sabores...les llamarán la atención y esa curiosidad crecerá para ampliar la variedad de alimentos que comen, siempre de una manera complementaria a la leche materna o la leche de fórmula, dependiendo de cada opción personal, y el puré. Comenzando con alimentos más blanditos, que se deshacen, hasta llegar a trocitos pequeños que pueden masticar. Respetando la introducción paulatina de los alimentos por la identificación de las alergias e intolerancias.
Esto que comento no va muy desencaminado hacia lo que propone el Baby Led Weaning, una nueva corriente bastante extendida en Estados Unidos y que comienza a extenderse por Europa.
Sus características son las siguientes:
- Introducción de los alimentos sólidos a partir de los seis meses sin pasar por el puré. Los alimentos no se trituran, se dan en trozos lo suficientemente grandes para que el niño pueda cogerlos y llevárselos a la boca sólo
- Es complementario a la lactancia materna prolongada
- No se les pone plato ni cubiertos, de lo que se trata es que el niño explore los alimentos con las manos y la boca, de manera que sea consciente de las texturas que va probando. El descubrimiento a través de la exploración es el objetivo
- Hacerle partícipe de su propio aprendizaje, que sea activo, no pasivo como en el caso del puré.
- Involucrarle en las comidas familiares, que nos tome como modelo. No hay que hacer otra comida, come lo que el resto de la familia.
- Se sigue la misma progresión de introducción de alimentos que recomiendan los pediatras: cereales, verduras, hortalizas, pollo, carne,....
- Aunque no tengan dientes se puede hacer, pues los niños pueden masticar con las mandíbulas.
- Tiene base científica y está recomendado por la OMS
Teniendo en cuenta todo esto, me gustaría que quien lo esté practicando nos cuente su experiencia en los comentarios y nos ilustre al respecto.También me gustaría plantear la siguiente pregunta: ¿ es viable en las Escuelas Infantiles? ¿ de qué manera habría que cambiar el modelo actual? ¿ estaríamos dispuestos a que las cuotas se encarecieran por el incremento de personal, puesto que no es lo mismo hacerlo con un niño que con 8 ( bebés) o 15 (1-2)?
Espero vuestros comentarios y experiencias.