Estos artilugios, "prácticos donde los haya", se han paseado por debajo de las camas durante siglos. Nos referimos al orinal. "Bacinus", le llamaban los romanos. ¡"Pásame el bacinus, Espartacus"! Qué tiempos aquellos... Y la cosa no evolucionó mucho más hasta la ubicación de los cuartos de baño en las casas. Así que mire usted la de millones de "pericos" (otra de sus acepciones) que han pululado por estos mundos "higiénicos" de Dios. Y el caso es que, algunos, los más vintage, son bien bonitos. De cerámica o latón, con flores o con relieves, cada uno de ellos se han convertido en objetos decorativos que no pasan desapercibidos, saliendo definitivamente de debajo del lecho para ocupar su lugar a la vista de todos. Y si no, que se lo digan al museo que tiene dedicado en Ciudad Rodrigo.
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Donpedro, perico, bacinilla, bacín, orinal...., lo llames como lo llames ¡úsalo para decorar, hombre!