Revista Cultura y Ocio

El baile como instrumento para combatir la demencia senil

Por Asb Centre Pedro Gea @ASBCentre

Una de las grandes ventajas que tiene el baile es que se trata de una actividad lúdica que puede ser practicada por personas de todas las edades. Lógicamente, una buena preparación física permitirá realizar pasos más complicados o llevar un ritmo más alto, pero el baile no hace distinción de edad, sexo o raza.

Enfermedades como la demencia senil son algunas de las patologías más temidas por la gente que llega a la vejez. Si bien es cierto que los genes que pueden predisponer a sufrirla no los podemos modificar durante nuestra vida, podemos evitar la llegada precoz de la demencia y aligerar su ataque con una serie de actividades sencillas y lúdicas: bailar, leer o jugar a juegos de mesa. Lo publica un prestigioso semanario médico, el New England Journal of Medicine (NEJM), a raíz de una investigación hecha con personas de edad de Nueva York. El objetivo de la investigación fue determinar si participar en actividades de ocio es una herramienta para prevenir la aparición de demencia en las personas de edad. Sus autores estudiaron durante cinco años a 469 personas de más de 75 años del barrio neoyorquino del Bronx con todas sus facultades mentales en perfecto estado. Siguieron su vida diaria y, especialmente, las actividades que hacían para llenar su tiempo de ocio para ver cómo influía la participación en estas en la aparición posterior o no de demencia.

Después de cinco años de seguimiento y de contabilizar las horas semanales dedicadas al ocio, el resultado fue que 164 de las 469 personas sanas estudiadas presentaron algún tipo de demencia. En concreto, 61 abuelos resultaron afectados por Alzheimer; 30, por una demencia vascular y 25, por otro tipo de enfermedad mental. Como conclusiones, los autores del estudio destacan que los principales protectores humanos ante la llegada de la demencia senil son bailar, leer y jugar a juegos de mesa (cartas, ajedrez, parchís, etc.). El baile nos ayuda a mover nuestro aparato locomotor y a ejercitar nuestra coordinación dinámica. La mayoría de participantes en el estudio que realizaron estas actividades tenían plenas condiciones mentales después de cinco años.

Otras actividades de ocio no tienen la misma incidencia sobre nuestro cuerpo. Hacer crucigramas, escribir, las tareas del hogar o participar en grupos de discusión no tienen el mismo grado de eficacia contra los agentes patógenos. Esto al menos fue lo que demostró el estudio. Y es que los neurólogos y los especialistas en gerontología aseguran que las actividades estrella para prevenir la degradación de la capacidad mental son las que exigen memorización, razonamiento, atención y asociación de datos con conocimientos pasados.

Por todo esto, cada vez son más los adultos de avanzada edad que ven en el baile una buena manera de pasárselo bien al mismo tiempo que reciben de forma pasiva beneficios en su organismo.


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