El Bando de la Huerta es una de las fiestas más características de Murcia, y cuando llega, es difícil que los murcianos se queden en casa, ya sea porque son fieles a la tradición y salen a festejar, o porque la rehuyen y organizan sus escapadas al monte ese día. Sin embargo, este año no queda otra que quedarse en casa, pero no por ello vamos a dejar de disfrutar este Bando de la Huerta. Os proponemos una pequeña expedición al pasado, a la fiesta tal y como se celebraba hace un siglo, y para ello echaremos mano de los periódicos y archivos fotográficos de que disponemos.Empecemos nuestro viaje montándonos en nuestro Delorean murciano, y pongamos nuestro rumbo a 1900.El alojamiento
Anuncios en periódicos de principios del siglo XX.
Pero, un momento, quizá vengas de fuera, como tanta gente, para visitar nuestras fiestas. No hay problema: ya por entonces tenía Murcia una amplia variedad de alojamientos, como el Hospedaje de España, en la calle San Nicolás, que se anunciaba en los periódicos para alojar a los visitantes que asistían a las fiestas, o el Hotel Universal, que disponía incluso de servicio de carruaje (aunque eso, sí, el precio te lo "entiendes" con el encargado, Genaro).1900, un año difícilEn honor a la verdad, en los primeros meses del año 1900 no había muchos visos a que la fiesta se fuera a celebrar, de hecho, llevaba sin celebrarse desde 1879, y aunque el año antes se había intentado resucitar, esto no había ocurrido. Sin embargo, un hombre corría por las calles de Murcia haciendo preparativos y animando a amigos y vecinos a sumarse. Ese no era otro que el escritor José Frutos Baeza (Pepe para los amigos).Aunque mucha gente dudaba que se pudiera celebrar, finalmente el empeño de Frutos y sus amigos empezó a dar sus frutos (esto no pretendía ser un chiste). En las semanas previas, los periódicos publicaban escuetos anuncios en los que se convocaba a quienes quisieran participar en la organización o en la propia celebración.En los anuncios se puede ver cómo existía una asociación entre otras festividades propias de la temporada como el Entierro de la Sardina o la Batalla de las Flores, dándose por entonces un apoyo de unos a otros para sacar adelante las denominadas "Fiestas de Abril" o "Fiestas de la Coronación" (coronación de la Fuensanta, patrona de Murcia).Y, finalmente, entre unos y otros lo lograron. En abril de 1900 el Heraldo de Murcia publicaba una breve noticia agridulce que relataba la celebración pero señalaba que "la mascarada no acertó ni á recordar aquellas otras", las celebradas en el pasado. Y terminaba con un mensaje desalentador: "el ensayo no resultó y no se repetirá seguramente en años sucesivos".Sin embargo, al año siguiente la opinión general no era esta: el Bando de 1901 había sido para la mayoría un rotundo éxito. Y por ello, cuando a principios de año se publicó el programa de fiestas, extrañó que no viniera recogido. Así, periódicos como Las Provincias de Levante hicieron un llamamiento para que se organizase, alegando que "atraería a forasteros" y que "su organización podría costar poco dinero".Los preparativosAsí que, ¿y si lo intentamos de nuevo? El Hospedaje de España volvía a ofrecerse para alojar a forasteros y los periódicos volvían a llamar a quien quisiera sumarse. Los días antes Las Provincias de Levante volvían a hacer su llamada: "Para mañana domingo á las diez de la misma, se cita en el Ayuntamiento á los del Bando de la huerta, para ultimar los detalles de este festejo panocho". El 15 de marzo de 1901 reaparecía en las páginas de los periódicos el incombustible Frutos: "Sabido es que este pueblo es aficionado á lo difícil y que solo desea que haya contrariedades para tener el gasto de vencerlas. Hace pocos días se dijo que no habría Bando dé la Huerta y eso bastó para que Pepe Frutos lo esté organizando gallardamente y ya no hay duda de que lo realiza con toda la sal panocha de los mejores tiempos".Frutos se había remangado y este año ya no iba a ser solo una sucesión de "cinco carrozas" con gente recitando "ingeniosos bandos", ahora habría "gigantes murcianos y una banda de música vestida de huertanos", y además se adjudicarían "12 premios á los huertanos auténticos que mejor vistan el traje y que mejores barros y yeguas presenten". Aquí no se llevaba aún lo del zaragüel y las calcetas con bambos y gafas de sol.
En marzo ya se habían disipado las dudas y los periódicos anunciaban que el Bando "será digno de verse" y mucho más "brillante" que el del año anterior. Las Provincias se atrevía a afirmar "seguramente será el más lucido de cuantos se han verificado desde la fundación de este festejo" (aunque algunas tildes las hemos añadido nosotros). Y el 27 de marzo se aseguraba: "En las fondas y casas de huéspedes el pedido de habitaciones es extraordinario, lo que hace augurar una gran afluencia de forasteros".Las expectativas eran tan altas, que los días previos los diarios prometían que los bandos escritos en verso por Frutos, que a estas alturas "no duerne, no come, no se afeita, no descansa", harían reír hasta "a los bueyes que tiren de las carretas". Y el día antes se anunciaba "Mañana, amiga Ruperta/sale el Bando de la Huerta".
El Bando de 1901Llega el gran día y, como estás viendo, el Bando de hace cien años tenía algunas diferencias con el de nuestros días, y una de ellas era su recorrido. Según anunciaban los periódicos, el de 1901 saldría de la plaza de Santo Domingo, para bajar por la calle Trapería, Cadenas, Barrionuevo, Cetina, Saorín, San Lorenzo, Platería, Santa Catalina, Lencería, San Julián, Sagasta, Santa Teresa, San Nicolás, San Pedro, Frenería, Sociedad, Jabonerías y, finalmente, plaza Romea.Como es posible que no relaciones algunos nombres de las calles en el pasado con las calles actuales, te dejamos una aproximación a lo que debía ser el recorrido, pero ojo, que tiene muchas curvas, nada que ver con las líneas rectas actuales.
Tampoco coincidía la fecha de celebración, pues no se celebraba como hoy el martes después de Semana Santa, sino el Domingo de Resurrección.
Otra notable diferencia era el horario: el de 1901 comenzó a las 8 de la mañana. Si bien es cierto que a día de hoy puedes encontrar algún ebrio huertano madrugador, no es tan habitual encontrarlo a esas horas de la mañana. Sin embargo, el lunes 8 de abril los periódicos señalaban que "desde las ocho de la mañana la plaza de Santo Domingo y la calle de la Trapería se vieron invadidas de un inmenso gentío ávido de saborear la organización". Mucho más madrugadores eran nuestros ancestros.Y aunque desconocemos si finalmente los bueyes se rieron, desde luego la celebración fue todo un éxito: "Cuatro fueron las carretas" (una menos que el año anterior), pero "todas ellas adornadísimas de follaje y emparrados". Hubo bailes, música, recitales... pero el calor obligó a que algunos tuvieran que desprenderse de partes de sus trajes y disfraces.Así lo relataron los periodistas:19021902 llegó con nuevos rumores de que no se celebraría el Bando, y esta vez había buenos motivos para creerlo: el incansable Frutos Baeza se había apartado de la organización. El 11 de marzo Las Provincias publicó una carta que Campoy Peña remitía al escritor rogándole que se celebrase el Bando, y pocos días después aparecía en las páginas del mismo periódico la respuesta de Frutos, donde aseguraba afligido: "Por este año, amigo Campoy, ya no me es posible formar parte en el Bando, caso que lo hubiera, ni como panocho á secas, que era mi propósito, porque lo impide la reciente pérdida de una persona de mi familia".Pero los amigos de Frutos cogieron el toro por los cuernos y pocos días después se anunció: "También tenemos que dar otra noticia a nuestros lectores: Este año saldrá el Bando de la Huerta, pero con muchísimas más pretensiones que el año anterior. Uno de estos días empezarán los trabajos para que resulte a su debido tiempo con el esplendor que tuvo en la otra etapa". No solo iba a haber Bando, sino que iba a ser mejor, como el Entierro de la Sardina, que líneas adelante el periodista aseguraba que ese año sería "colosal, piramidal". Y de nuevo los sardineros socorrieron a los "panochos", y los días antes los reporteros lo relataban con ingeniosos juegos de palabras: "¡Lástima sería que estando ya casi formalizados el Bando de la Huerta, la Batalla de Flores y la corrida, se andara ahora con vacilaciones! El pez gordo, el presidente de la Junta Sardinera es el encargado de dar un aletazo á aquel que quiera salirse de sus orillas...".A partir de 1903No sabemos cómo de lustrosa resultó la cabalgata, pero debió ser aún mejor que la del año anterior, pues a partir de 1903 el Bando de la Huerta apareció desde el principio en el programa de fiestas, y así sería en los años siguientes.El programa de fiestas de hace un siglo también era bastante distinto al de hoy en día: para empezar no te lo daban en las oficinas de turismo, sino que aparecía publicado en los periódicos.Han desaparecido algunos eventos como los concursos de tiro, pero la esencia se conserva con pequeños cambios, como el orden, pues la Batalla de las Flores se celebraba al día siguiente del Entierro de la Sardina.En 1903 volvió a tomar las riendas Frutos Baeza, y fue además el año en que se incorporaron costumbres como esa tan murciana de repartir cosas en todos y cada uno de los desfiles. En este caso fueron "barquillos rellenos de fresa y mantecado que hacían relamerse los labios... ¡O no haber sido servidos por el popular Marcos Amorós el de la Horchatería! quien desde la misma carreta los iba llenando y recibiendo aplausos de cuantas personas los paladeaban. ¡Bien por Marcos!" exclamaba El Correo de Levante.Y además se dejaban entrever la competencia entre unos grupos y otros que participaban en el desfile, como el del mismo periódico y el propio Frutos, que el periodista relataba así intentando rebajar la tensión deshaciéndose en halagos hacia el escritor. Y de paso pegando alguna puñalada a otro ilustre escritor murciano.En la primera década del siglo XX el Bando de la Huerta se asentó y adquirió el peso que hoy tiene. Incluso se intentó algún ambicioso crossover: el Bando de la Sardina al que se referían hacia 1909.Los felices años 20 huertanosTanto es así, que se empezó a reproducir en otros municipios circundantes, como Molina de Segura o Santomera, y otros no tan circundantes como Cieza. Aquí os dejamos un programa de fiestas de Molina de Segura de 1925, donde además de celebrar el Bando de la Huerta, se quema un "soberbio castilo de fuegos japoneses".El paso del tiempo fue corrigiendo algunos abusos de la fiesta, por ejemplo la hora de inicio, y hacia 1926 ya se convocaba el desfile para las 11 de la mañana (que para muchos seguirá siendo demasiado temprano, pero desde luego mejor que a las 8). Además, fue adquiriendo una estructura y dotándose de cierta variedad de elementos, como demuestra el orden de la cabalgata que recogen los periódicos de ese año.Que, por cierto, al final aquel desfile salió con una hora de retraso, cosa que hoy no sería de extrañar, aunque tenía explicación: la coincidencia con la procesión de Resurrección. La cabalgata, aunque contó con carrozas en las que se bailaban parrandas y con presencia de la concejala Ludgarda Giménez Gómez (el nombre es real), no tuvo mucho éxito entre la crítica por su "poco lucido desfile", "la pobreza de sus comparsas y poco artístico de las carrozas". Aunque peor parada salió la "novillada indecente" de la tarde a la que se referían los periódicos.A lo largo de los años veinte se fueron constituyendo agrupaciones que se consolidarían y se convertirían en piezas clave de la fiesta, como el grupo "La Parranda" o el "Ayuntamiento Panocho".Grupo La Parranda en 1929.
Ayuntamiento Panocho en 1929.
El Bando de la Huerta en los treintaLos años treinta son los años en que empezamos a tener más registro fotográfico de las Fiestas de Primavera y, claro está, del Bando de la Huerta.Fotografías en su mayoría tomadas por un fotógrafo de nombre Mateo que se publicaban en algunos periódicos y en números monográficos de publicaciones como Flores y Naranjos y que nos muestran estampas que en algún sentido pueden resultarnos actuales, como ese gigantesco marco que llevaba por título "Cuadro Huertano" de Ruiz Séiquer.
Algunas carrozas, como hoy en día, reproducían oficios relacionados con la huerta murciana como el "Molino de Pimiento" o "La Busanera".Como anécdota, la década de los treinta también nos dejó algún momento curioso, como la disputa que se generó en el ayuntamiento a causa de las acciones que el alcalde llevó a cabo en el Bando de la Huerta de 1933.Pero no lo contamos, reproducimos la conversación que recogían los periódicos al día siguiente de la discusión como si de una comedia se tratase:
Concejal 1: Señores concejales: La suspensión del «Bando de la Huerta» el domingo de Pascua...
Alcalde: ¡No te digo!Concejal 1: La suspensión del Bando de la Huerta, repito, por el señor alcalde, ha sido una falta de consideración al pueblo de Murcia, a los forasteros que se tuvieron que marchar sin ver el espectáculo más típico y a los actores del festejo, que se quedaron, ellos, con zaragüelles puestos, y ellas con el moño hecho.Concejal 2: ¡Había que guardarlo para atraer gente a la corrida de toros!Concejal 1: Estas informalidades han defraudado a los forasteros, y sobre todo a los botijistas, que después de un viaje largo, caro y molesto, se han ido a media ración.Concejal 3: Por estas cosas, el año que viene, no vendrá ni una rata a presenciar las fiestas.Concejal 2: ¡No preocuparos! Que como sigan los radicales socialistas en la alcaldía al año que viene no va a quedar de Murcia mas que el sitio.
Y es que, aún desde nuestro Delorean murciano, aunque aparentemente muchas cosas han cambiado en cien años, en realidad hay muchas en las que no hemos cambiado en absoluto. Y aunque este año no puedan murcianos y forasteros salir a disfrutar de sus fiestas, el año que viene lo harán con fuerzas renovadas, porque siempre hay un Frutos Baeza para tirar del carro. Mientras tanto, seguiremos disfrutando de estas imágenes del pasado y nos comeremos más de un paparajote en homenaje a los que hicieron posibles estas fiestas y, muy especialmente, a periodistas y fotógrafos que las cubrieron y las cubren y nos hacen posibles estos viajes virtuales.Terminamos aquí nuestra visita a la Murcia pasada. Por favor, no olviden dejar las llaves de su habitación en la recepción de Hospedaje de España o "entendérselas" con don Genaro.