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En un artículo anterior me refería a la drapetomanía, una supuesta patología teorizada por el médico estadounidense Samuel Cartwright (1793-1863) que afectaba a las personas esclavizadas de las plantaciones norteamericanas provocándoles deseos de escapar. La situación de explotación no parecía ser para este profesional la causa de sus huidas, sino una enfermedad que debía curarse con una disciplina firme por parte de amos y capataces, una leve mejora de las condiciones de los esclavos (sin que dejaran de serlo) y –para los más rebeldes- “sacarles el demonio (de la enfermedad) a latigazos” (1).
El Banzo
En Brasil también se teorizó sobre una supuesta entidad mórbida que afectaba a las personas esclavizadas: el Banzo. El origen de la palabra es incierto, y se le atribuye a palabras en lenguas africanas: mbanza (aldea o pueblo, en kimbundu), banzar (asombrarse), banze (ruido), banzo (olas) o banzeiro (movimiento de las olas). Se trata de un concepto que nunca se aplicaba a sí mismo y no era usado por la misma comunidad negra sino por los terratenientes y las autoridades (2).
Las crónicas de la época la describían como una profunda nostalgia por la tierra de origen que embargaba a las personas africanas apenas desembarcaban en Brasil para ser esclavizadas, que las llevaba a la locura y a una forma pasiva de suicidio mediante el rechazo de los alimentos y la pérdida de ganas de vivir. La investigadora brasileña Ana María Oda también estudió la geofagia o práctica de comer tierra para suicidarse, algo que hoy asociaríamos a un síntoma patológico conocido como pica (consumir cosas no comestibles) (3).
Viajeros europeos que tomaron nota de esto ayudaron a popularizar la creencia de que existía una saudade fatal (nostalgia mortal) que afectaba solo a las personas de origen africano que eran llevadas al Brasil. Se la llegó a asociar a otras formas de Melancolía o Depresión que eran estudiadas en el continente europeo, tal es el caso de la heimweh en la Confederación Helvética, la maladie du pays en Francia o el mal del corazón en España. En el siglo XVII el erudito Robert Burton había publicado su Anatomía de la Depresión, basada en sus propias experiencias, en donde recomendaba dieta saludable, sueño, música y hablar con un amigo para aliviar los síntomas. El siglo XVIII la clásica teoría de Galeno de los “cuatro humores” para explicar las enfermedades estaba dando lugar a ideas mecanicistas, y el médico alemán Johann Christian Heinroth teorizó que la depresión era resultado de un conflicto moral en la persona. En el siglo XIX se llegaron a determinar más de 30 tipos de depresiones y melancolías, y Emil Kraepelín (1856-1926) fue el primero en introducirlas en sus tratados de clasificación de las psicopatologías (4).
Philippe Pinel (1745-1826), médico y revolucionario francés que realizó reformas en la atención de personas con sufrimiento mental, consideraba que existía una única patología mental (la Alienación) que presentaba cuatro entidades mórbidas: manía, melancolía, idiotismo y demencia. Sobre la melancolía escribió: “Ciertamente, los postulados de varios médicos militares y otros científicos se extendieron a los africanos esclavizados. Así, el banzo puede ser considerado como una aplicación del concepto de nostalgia, desarrollado en Europa” (5).
Al patologizar esta condición se la dejaba de ver como lo que era realmente: una forma de resistencia al secuestro, traslado forzado a otro continente, separación de las familias y brutal explotación en las plantaciones azucareras o cafeteras del Brasil. Sucedía lo mismo con la drapetomanía de Cartwright, en donde los deseos de libertad eran vistos como una enfermedad que debía ser tratada con más explotación. Cuando no había posibilidad de la huida o de organizar una rebelión masiva, el dejarse morir era una forma de escapar y no aportar al modelo productivo que los esclavizaba.
Por eso no es raro que fuera un abogado y no un médico quién diera una mejor descripción de esta condición. Luis Antonio de Oliveira Mendes (1750-1817), nacido en la localidad brasileña de Bahía, escribió un informe a la Academia Real de Ciencias de Lisboa en 1793, en donde relacionaba el banzo con la crueldad de la trata de personas y la violencia sufrida por las personas esclavizadas. Medio siglo después, Joseph François Xavier Sigaud (1796-1857), en sus tesis de medicina Do clima e das doenças do Brasil (1844), consideraría al banzo como una nostalgia desatada por las condiciones de explotación. Esta y otras tesis similares se convertirían en un importante argumento del movimiento abolicionista de la esclavitud (6).
Entre los siglos XVI y XIX alrededor de 10 millones de personas fueron víctimas del tráfico humano desde África hacia el continente americano, de las cuáles 4 millones terminaron en la colonia portuguesa del Brasil. A comienzos del siglo XIX, el 30% de la población brasileña se encontraba esclavizada. La independencia en 1822 y la constitución del Imperio del Brasil no cambió esta situación: la oligarquía propietaria aumentó el número de esclavos que ingresaron al país hasta la prohibición del comercio en 1831. La abolición fue un proceso lento: en 1871 se aprobó la Ley de Vientres que declaraba libres a los hijos e hijas de personas esclavizadas, la de 1885 liberaba a los esclavos mayores de 60 años y recién el 13 de mayo de 1888 la princesa Isabel I aprobó la Ley Áurea que declaró abolida la esclavitud. Al año siguiente se produjo la caída del Imperio (7).
Con estos cambios que se estaban produciendo, el banzo había comenzado a desaparecer. Aunque en el siglo XX hubo intentos de explicarlo a través del parásito tripanosoma que causa la Enfermedad del sueño o como un tipo de Síndrome de los Campos de Concentración, hoy ya no podemos sostener que se tratara de una patología. El banzo debe ser visto de dos formas: como una reacción esperable al trauma que suponía la trata de personas, y como una forma de resistencia pacífica ante la esclavitud que padecieron millones de personas a lo largo de los siglos.
Autor: Lic. Luciano Andrés Valencia, Escritor, historiador y psicólogo para revistadehistoria.es
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Bibliografía
(1) Valencia, Luciano Andrés; “Psicopatología norteamericana del siglo XIX: la drapetonomía y la americanitis”, La Quinta Pata, http://la5tapata.net/psicopatologia-norteamericana-del-siglo-xix-la-drapetomania-y-la-americanitis/, 31 de mayo de 2020.
(2) Wikipedia: la enciclopedia libre, https://es.wikipedia.org/wiki/Banzo_(nostalgia), artículo: “Banzo (nostalgia)”.
(3) “A saudade que mata: Pesquisa discute a polêmica questão do banzo como nostalgia mortal dos escravos”, Pesquisa, https://revistapesquisa.fapesp.br/a-saudade-que-mata/, junio de 2010, N° 172.
(4) Valenzuela, Miguel; “Historia de la depresión”, Psicólogos en linea, https://psicologosenlinea.net/8723-historia-de-la-depresion.html, 10 de julio de 2020.
(5) “A saudade que mata: Pesquisa discute a polêmica questão do banzo…”, op. Cit.
(6) “A saudade que mata: Pesquisa discute a polêmica questão do banzo…”, op. Cit.
(7) Ruiz, Marisol; “Aniversario: la abolición de la esclavitud en Brasil”, La Izquierda Diario, https://www.laizquierdadiario.com/La-abolicion-de-la-esclavitud-en-Brasil, 13 de mayo de 2016.
La entrada El Banzo: la depresión de las personas esclavizadas del Brasil se publicó primero en Revista de Historia.