Me pasé la mañana del miércoles viendo todo lo que pude de la noche de Champions del martes y, de entre todo lo que pasó, me quedo con el partido de Old Trafford entre el equipo local y el Basilea.
El resultado, un empate a tres, bien podría definirse como uno de esos que ‘revientan las casas de apuestas’, y aunque yo tampoco hubiera apostado a algo que no fuera una victoria inglesa, viendo el partido e incluso remontándome a la fase de grupos de la temporada pasada (es que hablamos del United y hay que recordar que es el actual subcampeón del torneo) intuyo un racionamiento de esfuerzos por parte de los ‘Red Devils’ en una competición prestigiosa, pero con una fase para mi sobrante o cuanto menos, mal planteada como la de grupos y que encima, sufre un parón de dos meses.
El equipo de Ferguson, obligado a competir hasta el final en todo lo que juega contra rivales ‘ciclados’ económicamente en las rectas finales, da la sensación de medir los esfuerzos con el calendario en la mano. Sabe qué partidos son claves para la lucha por la Premier y que los puntos que se deja en casa en la fase de grupos de la Champions los podrá recuperar más adelante. Una vez más, su grupo no es escandalosamente duro.
Este ‘estudio del calendario’ me llamó la atención la temporada pasada con los empates en casa ante Rangers y Valencia junto a la pírrica victoria por 1-0 ante el Bursaspor. Además sin dar la sensación de que no mereciera la victoria o, en el caso del cruce ante los turcos, más holgada.Después ganó en Ibrox y en Mestalla por la mínima y goleó con reservas en Turquía. todo demasiado medido para acabar primeros de cara a las eliminatorias donde una vez llegados a los cuartos comenzó a exhibir su nivel, eliminando al Chelsea con solvencia y pasando por encima del Schalke 04. Después llegaría la final ante el Barça donde llegó no tan por debajo como después se vio en el campo.
En la Premier llegó con 7 de los 9 puntos en juego al inicio de la Champions y de septiembre a noviembre sacó veinticuatro de los treinta y seis puntos que se jugaron. Quizás llamativos con los empates ante equipos menores pero sin perder y ganando a dos de los tres equipos ‘duros’ a los que se enfrentó: Liverpool y Tottenham, con el City el resultado fue el mismo que el del inicio.
A partir del parón metió un cambio de ritmo que no sólo le colocó un escalón (o dos) por encima de los rivales que se fue encontrando en Champions sino que le valió para imprimir un ritmo infernal en la Premier que le llevó al liderato primero y a entonar el alirón una semana antes de la final de Wembley.
Así que la planificación de la temporada en cuanto a los dos torneos más importantes que disputa el United fue todo un éxito, ya que ganó uno y llegó hasta la final del otro… y todo eso a pesar de un inicio poco esperanzador en ambas competiciones (siempre en comparación con sus rivales reales a los títulos) pero con el hándicap de tener un calendario muy favorable a la hora de dosificar sus esfuerzos.
¿Veremos esta vez a un United tan medido?