Empezaron pronto los culés: en el minuto 3 fallo en el centro del campo santanderino, pase “made in” Iniesta y Messi elevaba sutilmente el balón sobre Toño para adelantar al Barcelona. El Racing intentaba acercarse pero el Barça sigue con el toque, el control y la rápida circulación de balón de los últimos años, que si bien no están en su máximo nivel, son cualidades que le sobran para controlar cualquier partido.
En el 32' un despeje blandito de la defensa era aprovechado por el genio albaceteño que metía un gol de volea espectacular al primer toque recordando el que metió Villa contra Chile en el pasado Mundial. Para colmo 5 minutos después, Tchité veía como Valdés paraba un penalti abortando la posible reacción cántabra. Si el Barça está inspirado es buenísimo, pero si encima le haces concesiones, es imparable.
En la segunda parte más de lo mismo, un Racing bien intencionado pero inoperante arriba y un Barça que cada vez que llega te mata. Y así lo demostró Villa en el 65' cruzando de espléndido cabezazo una asistencia no menos espléndida de Dani Álves, buena rúbrica del “Guaje” para su primer gol en Liga como blaugrana.
Y ahí se acabo el partido. Más control de los visitantes hasta el final del partido, algún acercamiento del Racing por parte del debutante Adrián González y la dosis de teatro de Álves de cada encuentro.
Para terminar un detalle: Iniesta salió del campo con una gran ovación del público del Sardinero. Propongo que este gesto se repita en cada campo durante toda la Liga, le debemos un Mundial.
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