El Barça, que arrancó con Masip en la portería y un once de canteranos, dio en el Estadio Olímpico de Helsinki la mejor imagen de la pretemporada y goleó al HJK. El equipo de Luis Enrique reflejó en el marcador la abismal superioridad en todos los sentidos sobre el equipo finlandés, pero lo hizo porque se tomó el partido como si fuese ya de competición oficial y porque se reconcilió el gol de la mano de Munir. El héroe de la UEFA Youth League que conquistó el Juvenil A hace unos meses pidió pasó con dos tantos y una asistencia, abriendo el 0-6.
Munir respondió muy pronto a la confianza de Luis Enrique, que está apostando por él antes que por Deulofeu en esta pretemporada. Había tenido ocasiones en los amistosos anteriores, dos muy claras en Ginebra en la derrota ante el Nápoles (1-0), pero no se vino abajo anímicamente y en Helsinki no perdonó en su primera oportunidad en el minuto 5: Martín Montoya, muy combativo, robó un balón e Iniesta asistió con un toque mágico por encima de la defensa a Munir, quien batió al HJKcon la zurda, de primeras y sin dejarla caer. El delantero del filial, aunque parte en el 'once' como teórico extremo diestro a pierna cambiada (la suya es la izquierda), entró por dentro, como le pide Luis Enrique a los delanteros para dejar las bandas a los laterales.
Crecido por su primer gol en el primer equipo, Munir se erigió ya en el protagonista de la primera parte. En el minuto 8, leyó la internada de Sergi Roberto, hizo la pared y dejó al centrocampista en inmejorable posición de disparo para que marcara por raso. Y en el 16' otra vez Munir cabeceó a la base del poste el 0-3 tras un gran servicio de Rafinha.
El Barça no sólo goleaba con facilidad, también combinaba como no lo había hecho hasta ahora en la pretemporada y recuperaba muy pronto el balón con una aplicada presión. El HJK Helsinki no es un rival con un potencial como para sacar conclusiones, fue muy noble defendiendo, apenas sin faltas teniendo muy claro que era un amistoso benéfico, pero sí hay que valorar la intensidad azulgrana, la actitud y el orden táctico. Funcionaba ese 3-4-1-2, con Busquets sacando el balón por delante de los centrales Piqué y Bartra, los laterales muy adelantados casi en posición de extremos, Rafinha haciendo un triángulo desde la media punta con Iniesta y Sergi Roberto, y Pedro y Munir percutiendo como cuchillos por dentro.
Rafinha se sumó a la fiesta en el minuto 23 con una jugada antológica, driblando rivales con habilidad y cambios de ritmo hasta llegar a la línea de fondo, desde donde cedió un balón que entre Munir y Pedro hicieron llegar a Piqué, autor del 0-4 con un disparo cruzado. Tornes, el portero local, se lesionó en la acción y fue suplido por Eriksson. Se acabó el calvario para él. Aunque el Barça bajó el ritmo hacia la media hora, Pedro y Rafinha pudieron marcar con disparos que rozaron los postes.
Al inicio de la segunda parte, con Rakitic e Ié por Iniesta y Piqué como únicos cambios, un gran cabezazo de Bartra significó el 0-5 tras un córner sacado por el croata, estrenando la puntería en la estrategia, que se trabaja.
Como suele pasar en los amistosos veraniegos, con el carrusel del cambios en ambos equipos el partido se dispersó, animado en las gradas por una afición finlandesa, con mayoría de camisetas del Barça en la grada, que entendió la ausencia de Messi, ovacionó a Iniesta en la presentación y se tomó el partido como una fiesta.
Los últimos minutos fueron aprovechados por otro goleador de la cantera como Sandro, que logró el 0-6, y también por el sabadellense Jordi Masip para reivindicar que él también tiene derecho a pelear por la titularidad con Ter Stegen y Bravo. Es el único imbatido de los tres porteros en la pretemporada, mostró seguridad jugando con el pie y, aunque apenas tuvo que intervenir, salvó casi al final el gol del honor de Konan con reflejos.