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"El Barcelona es superfavorito, porque son muy buenos", dice Mourinho, a cuyo equipo todavía no le han pirado un sólo penalti, en 30 partidos, mientras que al Barça, el otro día, le pitaron 2 en un sólo encuentro

Publicado el 05 abril 2012 por Romanas

 Decididamente, el mundo es de los cínicos sinvergüenzas.
 Ahora, en este desdichado país, sometido al gobierno del partido al que algunos llaman podrido, que representa la esencia misma de la corrupción, la desvergüenza y el descaro, a instancias del que yo llamo el amo de España, ha venido un cínico macarra portugués, rodeado de una corte de absolutos fantonches lusitanos y están emponzoñando la muy dudosa moralidad el país, elevando a los altares de la admiración popular a un tío que se autotitula deportista y que culmina su actuación, en un partido, intentando patear la cabeza de un contraria que estaba en el suelo y agrediendo cobarde, canallesca y alevosamente, a un rival porque sabía que la total influencia que su jefe tiene en los órganos federativos evitaría que su actuación fuera castigada, como lo hubiera sido en cualquier otro país del mundo, con la privación de la licencia para volver a entrenar.
Porque un entrenador deportivo es un conductor de grupos a los que lo 1º que tiene que inculcar es el espíritu que debe reinar en todas las competiciones de esta naturaleza, hasta el punto de que cualquiera que participe en ellas debe de tener muy en cuenta que la mayor parte de su público son niños y jóvenes en pleno período de formación.
Pues, bien, resulta que este macarra y matón profesional, inculca a sus entrenados ideas tales como:
"1º) no es que hay que actuar al límite del reglamento sino mucho más allá aún, porque, como sabéis, todos los estamentos que rigen el fútbol en este país están en nuestras manos y no sólo en lo que se refiere a la tramitación de los procedimientos sancionadores, cuyos comités de enjuiciamiento están servidos por señores con carnet de nuestro club, sino, lo que es mucho más decisivo aún, los árbitros, o sea los jueces que dirigen con absoluta potestad de decisión todos los incidentes del juego en pleno partido nos están sometidos incondicionalmente ya que:
 A) no hay uno solo de ellos que, en su largo camino hacia la 1ª división del fútbol nacional, no haya sido impregnado de la idea básica, en las competiciones españolas, de que los intereses del Real Madrid, en adelante RM, que ha sido, es y será el equipo del gobierno, pertenezca éste al partido que fuere, se halla por encima de cualquier consideración de la justicia y el decoro, de manera que todos los partidos de las competiciones en  las que participe serán enfocados desde el punto de vista de su conveniencia, de manera que los árbitros tendrán muy en cuenta dichos intereses no sólo en los partidos en los que el RM participe directamente sino en cualesquiera otros en los que sus intereses se hallen implicados;
 2º) así las cosas, tenéis que tener muy presente que mucho más importante aún que la propia excelencia de vuestro juego que puede ser igualada e incluso superada por cualquier otro equipo, cosa ciertamente difícil pero no imposible, ya que ninguno de ellos se aproxima siquiera al nivel de inversión que maneja el RM, es que el nivel de presión que vosotros ejerzáis sobre dichos árbitros sea realmente intolerable de tal modo que a éstos no les pase siquiera por su cabeza la posibilidad de actuar con justicia en todos aquellos partidos en los que los intereses del Madrid estén en juego;
 3º) en resumidas cuentas, mucho más importante aún que la calidad de nuestra actuación es que os produzcáis siempre en el terreno de juego con la mayor violencia ya que eso no sólo intimida decisivamente a los contrarios sino que también hace que todos los lances de éste se resuelvan lógicamente a nuestro favor, de modo que, en tales circunstancia, ganaremos todos los partidos sea cual fuere la entidad del equipo contrario y nuestro estado de forma y calidad de nuestro juego;
 4º) como ya habréis comprendido con estas premisas lo ganaremos todo, sean cuales fueren la calidad de nuestros enemigos y su espíritu competitivo, porque no se puede ganar de ninguna manera si los jueces que han de dirigir la competición no quieren y esto no es una teoría más o menos aceptable sino una realidad contrastada por mí en todas las competiciones en las que he participado que son muchas y en las que siempre he obtenido los mejores resultados.
 Un ejemplo, como sabéis, estamos ya en las semifinales de la Champión Ligue, en la que nuestros contactos con la Federación Internacional han conseguido que, como siempre, los adversarios que nos tocaban mediante un aparente sorteo, hayan sido, como es costumbre inveterada, los más flojos, acabamos de exhibirnos ¡en cuartos de final! ante un equipo tan absolutamente desconocido que ni siquiera yo,un superprofesional de esto, conocía su nombre ya que pertenece a una liga de una pequeña isla del Mediterráneo, todo el mundo sabe ya que nuestra presión mediática sobre los árbitros nuestros y de nuestro contrarios es tan efectiva que cualquiera que provoque alguna actuación que nos perjudique, ya sea en partidos nuestros o de nuestros adversarios, va a ser sometido al más riguroso de los linchamientos por una prensa nacional e internacional que dominamos, ya que nuestro presidente los es también de la mayor y mejor parte de las empresas europeas, de modo que domina las campañas de publicidad de éstas, que se apartarán radicalmente de aquellos medios de comunicación que no sigan a rajatabla nuestras directrices.
 Es por eso que ya he comenzado a lanzar la que va a ser frase consigna de todas las publicaciones: hay una campaña internacional para que el Barça, que ha tenido que recorrer el más arduo de los caminos para llegar a semifinales, en contraposición al nuestro, que ha sido convenientemente planificado,  sea el campeón de la competición, o sea que acusamos al único equipo que nos puede ganar la final de que va a llegar a ella, como realmente lo hemos hecho nosotros, mediante los más canallescos procedimientos del mundo, no sólo sobornando a todos los estamentos que intervienen en este asunto, sino también ejerciendo una presión absolutamente intolerable sobre todos los árbitros que van a dirigir los 4 partido que restan para llegar a la final, de manera que ya se cuidarán muy mucho de pitar dichos encuentros convenientemente para nuestros intereses.
 De modo que se han cuidado desde este maravilloso club, indudablemente el mejor del mundo, todos los detalles para facilitar al límite vuestra actuación, de tal forma que vosotros sólo tenéis que salir a jugar sin ninguna clase de preocupación, yendo al choque con  vuestros adversarios en la seguridad de que vuestras acciones van a gozar, como siempre, de toda la benevolencia del mundo, no sólo por parte de los jueces inmediatos y directos del juego, sino también de los que conocen en segunda instancia de todas las incidencias que en el desarrollo de los mismos se produzcan.
 No creo que ni el club ni yo podamos hacer más por vosotros. Hala, Madrid".


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