Revista Insólito

El barrio del Cristo del Otero, Segundo Fernández Morate

Publicado el 15 octubre 2023 por Monpalentina @FFroi

Cuenta Palencia con un escritor, Segundo Fernández Morate, dotado de una sencillez fuera de toda duda, a pesar de poseer títulos doctorales rimbombantes, logrados a base de estudio entrega y sacrificio que le permitieron triunfar en su oficio. A Morate se le identifica con un populoso y popular barrio de la ciudad, el barrio del Cristo del Otero, del que es considerado su historiador después de haber escrito dos libros dedicados a esta zona de la capital.

Segundo nació y pasó la niñez en su querido Paredes de Nava, y se hizo adolescente en las barriadas del Cristo, un barrio que nació a principios del siglo XX a los pies del Cerro del Otero como suburbio de la ciudad, con casas molineras al margen de la ley, hasta que a principio de los años sesenta el alcalde Juan Mena de la Cruz consiguió legalizarlo, y diez años después, a finales de 1970, se planificó su urbanismo, se comenzó el colector, asfaltado de calles, acometida de luz eléctrica y de las infraestructuras que carecía, lo que permitió comenzar su expansión y modernización, hasta integrarse de lleno en la capital. Morate se integró plenamente en este barrio, no en vano ejerció 15 años como maestro en el mítico colegio público Juan Mena de la Cruz, colegio que para Segundo fue un "dinamizador del barrio". Tras su paso por el colegio Juan Mena estuvo 6 años en el instituto Camino de la Miranda, hasta que en 2002 fue a dar clase al colegio Tello Téllez de Meneses, donde fue su director desde 2011 hasta su jubilación, después de estar vinculado a la docencia durante 41 años.

Su gran labor en el barrio del Cristo

Como educador, Segundo Fernández Morate se preocupó por la etnia gitana, muy presente en el barrio del Cristo y presentó varios estudios y libros sobre esta población. Me consta que Morate se preocupó en estos años de que los alumnos gitanos no faltasen a clase, e incluso a alguno que notó que faltaba fue a buscarlo a su casa. Fue también uno de los fundadores de la Asociación de Vecinos, que se formó en 1976, lo que le procuró un contacto diario y directo con la gente durante años, además de defender sus reivindicaciones e intereses.

El 2 de mayo de 1976 los vecinos del barrio reclamaron mejoras en las calles y colocaron pancartas y carteles, uno de ellos en el monumento del Sagrado Corazón de Victorio Macho, que tuvo mucha repercusión. Al año siguiente, después de la romería de Santo Toribio, Segundo Fernández Morate se encargó de leer un manifiesto ante el entonces alcalde José María Garrachón en el balcón de la Ermita de Santo Toribio, que escuchó el numeroso público congregado para la "pedrea del pan y el queso". Segundo participó en manifestaciones convocadas por la Asociación de Vecinos del Cristo para reivindicar los problemas del barrio y exigir su solución, así como en las celebraciones con motivo del 50 aniversario de Victorio Macho. Fue distinguido en el año 2010 con el Cristo de la Alegría en las Fiestas del Cristo, y nombrado pregonero de las fiestas de Santo Toribio de 2019, además de ser invitado a la pedrea del pan y el quesillo en el año 1977 y 2019 por los alcaldes José María Garrachón y Alfonso Polanco. También fue designado por el alcalde Mario Simón, y la concejala de cultura, Laura Lombraña, ponente de las Jornadas Divulgativas del Cristo del Otero de Palencia y el Cristo Redentor de Río de Janeiro: 90 años de historia, celebradas el 10 y el 11 de julio de 2021 en el Teatro Principal de Palencia.

Esta identificación y defensa de Segundo Fernández Morate del barrio del Cristo va más allá de enseñanzas, pancartas, manifestaciones y lectura de manifiestos, porque Morate es también un estudioso de su barrio, del que tiene un amplio conocimiento tanto de su historia, como de su evolución y desarrollo, enseñanzas que aprendió a pie de obra en un inusitado interés por conocer y dar a conocer todo lo que concierne a esta zona de la capital, así como los hechos acontecidos en la ciudad, un trabajo de campo en caso del barrio del Cristo, y de investigador de archivos en el de la capital que le ha llevado a escribir dos libros: "Cristo del Otero. Leyenda, tradición e historia" (2009) (dos ediciones), y "El Cristo del Otero, Paisaje cultural", que ha visto la luz en 2023, y es una ampliación del primero, en el que florece una investigación permanente y se apoya en el testimonio de algunos vecinos.

⧭ Un largo proceso de investigación

Segundo Fernández Morate es ambicioso en la elaboración de estas dos publicaciones que destacan por su largo proceso de investigación y vivencias en este popular barrio, aunque el autor se atreve a ir más allá y adentrarse con exquisita precisión en la historia de la ciudad tras su concienzuda visita a diferentes archivos, bibliotecas y museos, y la consulta de una amplia y meritoria bibliografía. Por ello ningún acontecimiento, tanto histórico como cotidiano de la vida de Palencia, o del barrio del Cristo deja de ser mencionado por "Don Segundo", como le llamaban los gitanos del Cristo. Los libros de Segundo son una verdadera enciclopedia en la que rescata hechos que marcaron la vida del barrio del Cristo del Otero y la historia de Palencia.

⧭ Descubrir la historia del Cristo

Resulta placentero conocer todo lo que nos cuenta Segundo en este último libro y descubrir en cada capítulo lo que no sabemos sobre los entornos del cerro del Otero, de la existencia del Humilladero que desapareció en el año 1907, de su particular seguimiento sobre los administradores de la ermita del Otero, así como de sus capellanes y ermitaños. Cuenta Fernández Morate con todo detalle el crimen del Otero, la cruel muerte del ermitaño Mariano Rey a manos de cuatro delincuentes, y todo el proceso de su detención y juicio. Interesante también conocer la existencia de la capilla del Cabildo dedicada a Santo Toribio, ya desaparecida, de los Viacrucis de piedra, del abastecimiento de aguas desde el barrio del Cristo a la ciudad, de las otras ermitas, de la Tejera de Cándido Germán, y del hallazgo de unos grandes huesos fósiles y grandes muelas de mastodonte, que se viene a denominar "conglomerado fosilero del cerro del Otero" (1912), y el posterior hallazgo (1921) de nueve ejemplares de tortugas terrestres fósiles "gigantescas" del período mioceno. También escribe sobre los yacimientos arqueológicos de Eras del Bosque y La Miranda, de La Campanera y la fábrica de relojes de torre y fundición de campanas del afamado relojero Moisés Díez. Narra Morate la historia del barrio del Cristo desde 1900 a 1940, y cómo surgió la adobera, donde se amasaron y dieron forma tantos adobes para levantar las ilegales casas. Nos habla del Canal de Palencia (La Acequia), y de la pasarela sobre el paso a nivel (1930) en la avenida de Santander, de las tiendas de ultramarinos y el estanco.

No podía faltar en este libro la historia de Santo Toribio, patrón del barrio del Cristo, cuya magnífica talla, del siglo XVIII, se procesiona en la romería del Otero. Existen varias imágenes más del santo en la catedral de Palencia, una de ellas del siglo XVI en la Capilla del Baptisterio, y un óleo sobre lienzo del siglo XVIII. Nos cuenta Morate con todo detalle la leyenda de este santo y la de su "apedreamiento", la procesión y antiguas celebraciones, y el tradicional "Reparto de pan y queso".

El Cristo del Otero y Victorio Macho

De especial interés tiene el homenaje que Segundo Fernández Morate dedica a Victorio Macho y el seguimiento de toda su obra y todos los detalles de la creación de su gran escultura, gracias a la mediación del obispo Don Agustín Parrado, que pretende se lleve a cabo por suscripción popular, para lo que cuenta con el arquitecto diocesano Jerónimo Arroyo, natural de Palencia, que será el máximo impulsor para que Victorio Macho, que goza de prestigio internacional, sea el escultor elegido, quien presentará el primer proyecto en el mes de septiembre de 1927, un proyecto costoso (187.000 pesetas) por los materiales que lleva, un proyecto que alaba la prensa local, pero que "suscita polémica, oposición y no es aceptada en su concepción estética por las gentes palentinas"¸ además de superar en más del doble el dinero recaudado por suscripción popular (90.000 pesetas). Después de muchas vicisitudes y cambios del proyecto que se adapta al dinero conseguido, se colocará la primera piedra un 15 de junio de 1930 y se finalizará su construcción en el mes de febrero de 1931 por un importe de algo más de 100.000 pesetas. Las circunstancias políticas con la proclamación de la Segunda República impiden la solemne inauguración del monumento, planeada para el mes de junio. En la construcción del monumento, con una duración de ocho meses, trabajó una cuadrilla de 12 obreros, con el maestro moldeador y de vaciado, Germán Calvo Fernández (padre del pintor Germán Calvo).

Conocemos, gracias a Morate, que en 1933 hubo un intento de voladura del monumento por elementos extremistas que, por suerte, a pesar de prender la mecha el artefacto no estalló, pero dos años después estalló la guerra civil, de la que el autor realiza un profundo e interesante estudio de las represiones, saqueos y fusilamientos. Peligra la estatua del Cristo del Otero, tras la destrucción del Sagrado Corazón de Barcelona, y tras varios intentos de destrucción, el monumento del Cerro de los Ángeles queda reducido a escombros. Estas destrucciones inducen a que nuestra colosal estatua del Cristo del Otero sea objetivo para su derribo por parte de las Juventudes Libertarias, que se lo comunican al propio Victorio Macho y le solicitan que los acompañe, a lo que Macho contesta: "No seré yo quien vaya a Palencia para cometer semejante bestialidad". Comenta Victorio Macho que "los salvajes" llegaron al cerro del Otero e intentaron trepar hacia la base de la imagen "que como por milagro se agrandaba cada vez más; y al ver y sentir su elocuente expresión, el inspirador de tan monstruosa idea dijo: Compañeros yo no tiro esa imagen, porque la verdad es que me ha impresionado. Se volvieron a Madrid con la dinamita".

Segundo recoge los duros momentos de la posguerra en el incipiente barrio del Otero, es de su interés y hace un exhaustivo seguimiento del crecimiento y renovación del barrio. También hay páginas dedicadas a la Romería y a la Peña Santo Toribio, a la iluminación del Cristo y la creación del Centro de Interpretación de Victorio Macho, así como del Plan Urbano de Conservación y Restauración completa de la estatua del Cristo del Otero (2015), en cuya intervención tuvo un protagonismo destacado el gran escultor Luis Alonso, discípulo de Victorio Macho, que intervino sobre todo en el deteriorado rostro y en las manos y pies del monumento. Importante también para Morate el Plan director de los cerros del Otero y San Juanillo (2021), que marcará el futuro y transformación de la zona con el objetivo de "crear un conjunto monumental y paisajístico que identifique la ciudad de Palencia a nivel nacional e internacional con un horizonte del año 2050". Muy importante también es la declaración de la Pedrea del Pan y el Queso como Fiesta de Interés Regional, y su potencialización por parte de la administración municipal para que sea declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. No se olvida Segundo del Grupo de Danzas de El Cristo y la jota de Santo Toribio, amenizada por los dulzaineros, así como de todos los festejos previos a la romería y a la pedrea.

De especial atractivo son las fotografías que Segundo incorpora a su libro, algunas muy antiguas procedentes del Archivo Histórico Provincial, donadas por José Luis Román, otras de míticos fotógrafos palentinos del siglo pasado como Félix Pollos, Vicente Buzón, Fernando Foto, entre otros, o de los diarios Día de Palencia y Diario Palentino, y de diversas instituciones, y las instantáneas más actuales de fotógrafos destacados, como Javier Marín, José Luis Alejandro Pérez García y el propio Segundo Fernández Morate, que como las anteriores se han convertido en documentos que forman parte de la historia de este barrio y merecen pasar a la posteridad.

Agradecimiento al barrio, a los vecinos y a los niños de Palencia


Segundo Fernández Morate es un hombre agradecido al barrio del Cristo y a sus vecinos, y así lo manifiesta en la dedicatoria del libro con un homenaje especial para todos aquellos que poblaron el barrio, "que se sacrificaron para sacar adelante a sus familias", entre ellos sus padres y suegros. Dedica también el libro "a las niñas y niños de Palencia para que conozcan, valoren y amen sus raíces", entre ellos sus nietos.

Muy recomendable la lectura de este libro y seguir el recorrido histórico que hace el autor que engancha al lector con su narración, la exhaustiva investigación y la enorme cantidad de datos y fotografías que aporta, información en su mayoría desconocida para los lectores y para los propios vecinos del Cristo.

El barrio del Cristo del Otero, Segundo Fernández Morate

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