El baúl de los sueños de Rosario Bersabé Montes. Ediciones
Cardeñoso, (Cuadernos Literarios, 5), 2013.
Por Anabel Sáiz Ripoll.
Rosario Bersabé Montes nos regala El
baúl de los sueños, un poemario especial, cargado de gracia y de ternura.
En esta ocasión se centra en la poesía infantil, tan difícil y, a la vez, tan
poco cultivada. No es nada fácil acercarse a los niños sin caer en la ñoñería o
en la ramplonería. Rosario lo sabe sortea con gracia estos escollos porque su
poesía es clara y diáfana, pero a la vez tierna e ingeniosa. Juega la poeta con
las realidades cercanas a la infancia y las observa con ojos de niña para
dotarlas de esa magia especial porque, en la mirada de un niño, nada nunca es
igual. Todo provoca curiosidad a Rosario y es capaz de componer un poema
hablando de un perro, de un gato, de una yegua, de una mariposa o de un
gorrión. Sus versos resuman música y se sitúan muy cerca de los orígenes, en la
más pura tradición oral. Son versos que pueden recitarse en voz alta y
aprenderse de memoria porque suenan y resuenan como las campanitas que tan bien
conoce la autora.
El poemario se organiza en torno a dos ejes temáticos muy marcados. Uno, el
destinado a sus nietos por los que derrocha cariño. Son poemas con nombres
propios que, con seguridad, se han convertido en unos regalos extraordinarios.
Incorpora también a otros niños, cercanos a ella, a los que también regala un
fragmento de su mirada poética.
La segunda parte de El baúl de los
sueños es la más lúdica porque aparece el gracejo de la autora, sus
especiales guiños al lector, ese desparpajo propio de la niña que aún es y que
seguirá siendo. Solo la niña Rosario puede divertirse tanto cuando, en un
poema, “Contando contando” en el que, entre números, menciona a varios niños
que de alguna manera participan en una fiesta, aunque, al final, el que más
años tiene: “se ha comido la tarta / y dice que fue un ratón”.
Rosario Bersabé regala sus poemas a niños con nombre y apellidos, pero
también a todos aquellos que se quieran acercar a su poesía. Las “Nanas”, con
su idioma universal, son un ejemplo de ello.
El poema que da título al libro resume, acaso, toda su esencia y su
finalidad. Un baúl que el ilustrador, Mario Teruel Avecilla, ha recogido muy
bien en la portada. En ese baúl mágico, que es el baúl de Rosario:
“Hay libretas con poemas / y libros de bellos cuentos / para que gocen los
niños / imaginando y leyendo”.
Por último, hay otro aspecto que se refiere a la oportunidad de la
publicación del libro. El próximo día 9, en Vila-seca, en la Cafetería “La Oficina”, la hija de
Rosario, María Begoña Ramos, quien lleva el arte en su baile, presentará un
espectáculo con el mismo nombre que el poemario, un espectáculo que sus
pequeñas bailarinas regalarán a todo el que quiera asistir y en el que la
poesía, la música y el baile se unirán, una vez más. No hay fronteras para el
arte.