Para considerarlo dentro del término normal un embarazo debe durar entre 37 y 42 semanas, entre este periodo de tiempo el bebé puede llegar al mundo sin ningún problema y sin necesitar ayuda externa. Si el embarazo finaliza antes de esas 37 semanas se considera un parto prematuro y, en función de cuánto tiempo antes se produzca, el bebé necesitará una serie de apoyos exteriores para adaptarse a la vida sin problemas.
Son bebés prematuros aproximadamente un 10% de todos los que nacen, cada uno precisará de unas medidas concretas en función de su grado de madurez y de su peso, que en todos los casos suele ser más bajo de lo normal.
Y es que las últimas ocho semanas de embarazo son básicas para el crecimiento del bebé. Es cuando experimenta su mayor crecimiento, llega a adquirir hasta dos tercios del peso total y lo mismo ocurre con sus órganos vitales, en los dos últimos meses alcanzan su total maduración, lo que garantizará que puedan vivir fuera del útero materno sin problemas.
Problemas en los bebés prematuros
Por todo ello, si el bebé nace antes de que este periodo llegue a su fin se enfrentará a complicaciones que serán mayores cuanto más pequeño sea. Estas complicaciones afectan a todos los sistemas del niño, el aparato digestivo, el respiratorio, el sistema inmunológico, la visión, el sistema nervioso... todos ellos pueden tener secuelas, pero uno de los más comprometidos es el sistema respiratorio. Los pulmones del bebé prematuro no han acabado su proceso de maduración, con lo no pueden realizar correctamente el intercambio de oxígeno con el resto de tejidos del cuerpo ya que no pueden rellenar sus pulmones con el oxígeno del ambiente. Al no poder respirar por si mismo necesita ayuda artificial una vez ha salido del vientre de su madre, lo que implica tener el niño en incubadora, con respiración asistida y con una constante atención médica.
La incubadora es el aparato principal para los bebés prematuros, este cubículo permite mantener al bebé en una ambiente con una temperatura constante de 30 grados centígrados y un grado de humedad de entre el 80 y el 90 por cien. Es una especie de útero provisional que ayudará al bebé a hacerse fuerte hasta que pueda valerse por si mismo.
Es importante estar con el bebé, que sienta nuestro cariño
Durante este etapa es importante el papel de los padres, aunque no pueden llevárselo consigo pueden y deben estar con él en el hospital haciéndole compañía. Es muy importante también el papel de la madre, sobre todo en lo que respecta a la alimentación. La leche materna es el principal alimento para el bebé, este no tiene fuerza para succionar pero el alimento le llega a través de una sonda naso gástrica.
Los padres deberán a su vez tener mucha paciencia, cada bebé prematuro lleva su propio ritmo, pero es un proceso lento. El bebé poco a poco irá comiendo más y su tono muscular irá mejorando. Mientras tanto deben hacer lo posible porque este recién nacido note su presencia, hay que hablarle y acariciarle todo lo posible. Cuando el bebé pueda vivir de forma autónoma podrán llevárselo a casa.