Dicen que, hace unos cien años una chica prometida en matrimonio fue engañada por un falso enamorado.Dicen también que sus lágrimas trajeron hasta ella su verdadero pretendiente, que vengó la afrenta. Y dicen que, desde entonces el Bebedor de Lágrimas vaga arrastrando su espada con el propósito de vengar a toda chica engañada. Eso dicen... aunque a sus dieciocho años Adela no cree en fantasmas.Recién llegada a la universidad de Carnwell está feliz y desea coger las riendas de su vida. Pero la muerte se cierne como una pesadilla sobre el campus, y que trae consigo el eco de una maldición extraña.«Tus besos son solo tuyos, pero tus lágrimas me pertenecen».Adela empieza una nueva vida, lo único que tiene en mente es alejarse de su pueblo. Para ello ha solicitado una beca en la exclusiva Carwell y nos encontramos con su primer día en dicha universidad. Un primer día en que conoce a Laura y las leyendas que circulan por Carwell. Lo malo es que algunas leyendas se hacen realidad.Lo primero que me llamó la atención de la novela es esa portada estilo byroniana y el título tan sugerente de la novela.
Una vez que empecé la lectura, lo que me sorprendió fue la propia protagonista, Adela, el autor no se cansa de decir que está buscando su lugar, con dieciocho años, anda muy perdida, demasiado. Es un personaje muy flojo. Se deja llevar por Laura a la que acaba de conocer, por Stephan a quien también acaba de conocer...El bebedor de lágrimas, es otro personaje extraño, según la leyenda actúa para vengar a las mujeres engañadas, pero en algunos momentos parece que va por libre, él decide cuándo saca la espada y no siempre es por la razón que apunta la leyenda.Laura, es el personaje más complejo de la novela, es muy dual, entre sus misterios y sus cambios de humor, tenemos al personaje más desconcertante de la historia. Y el que más secretos esconde.Los personajes del policía y su madre, son lo más acertado de la historia, Augustus C. Warden y su madre, parece que pertenezcan a una novela diferente. Son lo que mejor sabor de boca me dejó de esta historia.
"Adela cerró los ojos, imaginando muchos mañanas parecidos o aun mejores, la felicidad conlleva esta clase de insensatas pretensiones..., o tal vez Adela tenía cierta disposición natural para soñar despierta o vivir dormida, lo que viene a ser casi lo mismo"El ambiente es de lo más ecléctico, se mezcla el ambiente fantasmagórico de escuela antigua separada por sexos, con un ambiente actual en el que las drogas y el sexo tienen un papel relevante.Lo único a lo que no le encuentro pegas es a la prosa del autor. Una escritura perfecta con una historia en la que los personajes no convencen y la historia se deja leer. Lo que sorprende es que se trate de una saga, si bien el Bebedor de lágrimas da para más, no sé si la historia lo soportará.
Gracias a Alfaguara por el ejemplar en pruebas