En la vida es exactamente lo mismo: No está mal tener una primera rabieta ante lo que no se quiere, somos seres humanos después de todo, pero una vez pasada la primera tormenta lo mejor es parar, tomar aire y aceptar. Esto significa reconocer la situación, ver el terreno donde uno está parado, descubrirlo, investigarlo y después ver que aspectos se pueden modificar, o mejor aun, cómo podemos modificar nuestra propia perspectiva del asunto, con qué otro prisma lo podemos mirar.
Por último ya podremos detectar qué factores tenemos que aprender de esa situación, ya que de otro modo no se nos hubiera presentado, y una vez que averigüemos la enseñanza, las cosas seguirán su propio cauce, como un río. Y como en el Yoga, llegará un momento en que lo nuevo y difícil se transforme y sea pura plasticidad, creación y enseñanza.
Te deseo un comienzo de verano/invierno hermoso, lleno de enseñanzas y de nuevas aventuras.
Candela