Ahora que las redes sociales se están introduciendo en la vida de los mayores, es el momento también de hablar y explicar, a través de las mismas, de los beneficios que les aporta la práctica deportiva y el ejercicio físico, y más concretamente algo que ya se ha puesto de moda, como es el entrenamiento de fuerza de baja intensidad, para los veteranos que se quieren poner en plena forma física y mantener la masa muscular. Es importante introducirse en el bucle de la salud que tanto les cuesta a muchas personas de edad avanzada. Hay que ser efectivo e incorporarse al mundo del fitness, y así mismo gracias al ejercicio físico, mantenerte alegre y de buen humor para continuar practicándolo. No es más que un círculo vicioso cargado de positividad.
Este entrenamiento de fuerza para los mayores, al que se le ha descubierto una importante capacidad beneficiosa, hasta hace bien poco no era del todo recomendado en personas de cierta edad. Ahora está siendo objeto múltiples análisis y estudios, dado que es muy importante mantener a este grupo de personas en forma, y porque la población mundial de mayores aumenta considerablemente.
Concretamente existe un estudio realizado por Kishiko Ogawa (Instituto Metropolitano de gerontología de Tokio, Japón), en el que se somete a un grupo de mujeres de una media de 85 años, durante 12 semanas, a un programa de entrenamiento de fuerza con hipertrofia muscular, al que se le asocian como resultados, producto de esta práctica, una reducción de los marcadores inflamatorios.
Esto es importantísimo, ya que los marcadores son moléculas que se utilizan para predecir el riesgo de sufrir una enfermedad, el que la enfermedad ocurra o incluso el pronóstico evolutivo de la misma. Y por lo tanto los marcadores inflamatorios te ayudan a conocer el grado de inflamación que tiene una persona. La inflamación tiene una importancia clave en muchas enfermedades. Por ejemplo, se conoce un aumento del estado inflamatorio sistémico además de poder asociarse a enfermedades infecciosas puede asociarse a enfermedades de otros orígenes como por ejemplo el cardiovascular. Tanto es así que hoy se discute si personas que tienen elevado sus niveles de marcadores inflamatorias en sangre tienen un mayor riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular, incluyendo en ello un infarto agudo de miocardio.
Como consecuencia de este entrenamiento se redujeron los niveles circulatorios de la proteína C reactiva (PCR), del amiloide A del suero (ASA), de la proteína 70 del shock por el calor (PSC) 70, del factor de crecimiento similar a la insulina IGF-I, y de la insulina. Todos ellos considerados marcadores inflamatorios.
Los autores del trabajo apuntan que el entrenamiento de fuerza puede colaborar en el mantenimiento del volumen muscular y, a disminuir la inflamación de bajo grado en mujeres mayores. Por otra parte, la inflamación está asociada con la pérdida, asociada a la edad, de la masa muscular y la fuerza muscular, por ejemplo, sarcopenia (pérdida de masa y potencia muscular debida al envejecimiento, o al sedentarismo). Los altos niveles de marcadores y / o citocinas inflamatorias circulantes están asociados con la baja masa muscular en personas de edad avanzada y la obesidad.
Al margen de todos estos efectos eficaces, hay que considerar que numerosos estudios confirman los beneficios del ejercicio regular, pero la determinación de la intensidad del ejercicio apropiado para las personas de edad es una decisión clínica importante y difícil. Se ha observado que uno de cada cinco sujetos de edad avanzada (mayores de 70 años) fue incapaz de ejecutar la prueba de esfuerzo a base de cinta clásica, ya sea debido a un miedo a caer o debido a limitaciones físicas o cognitivas.
Todo ello, por supuesto, es aplicable al resto de los mortales.