Revista África

El beso de Inés

Por Bubisher

El beso de Inés

El pasado día 7 se inauguró en la Biblioteca Pública de León la exposición El Beso. Limam Boisha, autor del poema que da título a la exposición, consiguió emocionar a todos los presentes en el acto inaugural, al que dio una primera pincelada saharaui invitando a todos los presentes a sentarse en el suelo sobre una alfombra imaginaria que fue trenzando con sencillez, naturalidad y profundo sentimiento.
La autora de las fotografías no pudo estar presente en el acto, Buenos Aires es en estos momentos la ciudad que la acoge, pero Limam, como un mago, la acercó con un beso:
“EL BESO DE INÉS”
Inés es una auténtica nómada. Está predispuesta siempre a viajar. Una vez que se encuentra en un lugar, está abierta a asimilar lo que le rodea de otras culturas y a escudriñar sus misterios.
Cuando Inés se coloca la melhfa se funde y se confunde con cualquier otra saharauía, y en Smara dan por sentado que es saharaui. A Inés su piel morena la hace pasar por cubana en la Habana, por saharaui en los campamentos de refugiados, y seguramente por bonaerense en Argentina por su pasión por el tango. Mientras no habla, claro, porque el acento asturiano es lo único que la puede delatar. Es su semblante el que la ayuda a desenvolverse en tan dispares lugares. Y es que lo determinante, lo que la define es su carácter: alegre, sociable, inteligente y muy creativa.
Cada fotografía de esta exposición es un beso. Un beso de Inés. Un beso poético, lleno de luz o de alma. Del alma saharaui que ha logrado captar con increíble sencillez.
Desde que se incorporó al Bubisher, Inés ha participado de manera activa como voluntaria. Voluntaria con mucha imaginación. Sus fotografías las ha tomado con el propósito de dar a conocer el proyecto, para buscar apoyo material y humano. Es decir, para dar más vigor a los vuelos del Bubi, como hacen otros voluntarios.
Pero Inés no sólo ha disparado fotos. También enseñó a los niños a tirar fotos. Y les enseñó un truco sencillo pero a la vez mágico: cómo, de una pequeña cajita, podían ellos mismos sacar fotos. No les regaló cámaras, sembró en ellos la curiosidad, el anhelo por crearlas, por captar instantáneas .
Las fotografías de Inés son hermosas, y los niños y adultos que aparecen en sus imágenes, a pesar de todas las carencias de la Hamada, rebosan dignidad. Mucha dignidad.
Esta exposición es un hermoso homenaje visual a los saharauis. Al Bubisher.
Gracias Inés y gracias a tod@s los bubisheros y los que creen y apoyan este proyecto.
Limam Boisha

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