Revista Opinión
Iniesta, tras el gol del Mundial. Dani Jarque, seis días antes de su fallecimiento.
Después del gol marcado por Iniesta en la segunda parte de la prórroga, gol que convertía a España en la campeona del Mundial de Fútbol, el manchego, transformado en el deportista más famoso del mundo, corrió al córner, se sacó la camiseta azúl española que marcaba el número 6 y mostró un mensaje escrito con un rotulador en su camiseta imperio, tan blanca como él: “Dani Jarque, siempre con nosotros”. Millones de espectadores que le vieron en la pantalla no sabían quién era ese Jarque, al contrario de él, quien, de esta manera, rendía homenaje al ex-jugador y capitán del RCD Espanyol que había muerto víctima de un ataque cardíaco fulminante en agosto del año pasado, con 26 años.
El centrocampista del Barcelona dedicaba el gol del triunfo a su mejor amigo con quien se reía e intercambiaba siempre camiseta y compartía confidencias. Andrés Iniesta hubiera cambiado la Copa del Mundo por poder tomarse una cerveza con Dani Jarque, “Llevarlo así, bajo la camiseta –contaba, luego–, nos ha dado fuerza a todos. No había podido rendirle homenaje en el fútbol como se merecía y esta era una gran ocasión para hacerlo. A él se lo dedico”, terminó diciendo con lágrimas en los ojos. Marcó Iniesta, como en Stamford Bridge, y de esta forma honraba al fútbol, en un partido cuya selección contrincante, la 'oranje', sumó 8 cartulinas amarillas, una roja y la entrada más dura del torneo cuando De Jong clavó los tacos a Xabi Alonso a la altura del corazón y no fue expulsado.
Nacido en Barcelona, Jarque empezó a jugar en el CF Cooperativa de Sant Boi de Llobregat, y, a los 12 años, pasó a formar parte de las categorías inferiores del RCD Español. El futbolista debutaría con el primer equipo el 20 de octubre de 2002 y, en la temporada 2004-2005, pasaría a tener ficha en la plantilla principal. Allí consiguió con el club su primer título como profesional, la Copa del Rey de 2006 que el club blanquiazul ganó ante el Real Zaragoza. Durante la gira veraniega que su equipo realizaba por Italia, Jarque perdió el conocimiento en la habitación del hotel de concentración, mientras mantenía una conversación telefónica con su novia. Aunque se le trasladó rápidamente a un hospital, los médicos no pudieron hacer nada por reanimarle y el futbolista perdía la vida el 8 de agosto de 2009. La noticia de su muerte causó una gran conmoción en el mundo del fútbol español. En el Estadio Cornellá-El Prat existe la tradición no oficial de aplaudir durante el minuto 21 de cada partido en memoria del jugador, ya que este número era su dorsal en la última temporada que disputó.
Acabado el partido de la final del Mundial, Andrés rompió a llorar, desesperado. Las piernas no le respondían. Atrás quedaban las inseguridades y los miedos que no le permitían sentirse bien en su cuerpo. Entonces envió un beso: “La Copa del Mundo es para ti, Dani”. Andrés, muy emocionado, dijo que “no había podido hacer nada por él en toda la temporada” y que “se merecía ese beso”.
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