Revista Salud y Bienestar
Los que nos dedicamos a la gestión sanitaria y no somos profesionales sanitarios, tenemos una relación extraña con la muerte: está cerca, pero no la vemos cara a cara. Un enfermero o un médico tienen una relación más directa: cuidados paliativos, acompañamiento en el duelo, tratamiento del dolor o estar en ese momento final a pie de cama. Pero los economistas (por ejemplo) tenemos que basarnos en lo que vemos en nuestra vida personal, en lo que nos cuentan y en lo que escuchamos.Es la primera vez que publicamos con retraso en #carnavalsalud (esta vez sobre el tema "el derecho a bien morir") y es porque llevamos muchos días dando vueltas al tema. Podríamos hacer una entrada contando alguna experiencia personal o acudiendo a alguno de los libros y artículos que hay publicados, pero hemos preferido hablar desde la perspectiva de alguien que trabaja en el mundo de la gestión. Es crucial pensar que las habitaciones de un hospital o los boxes de urgencias puede que sean los últimos lugares que vea una persona enferma antes de morir, o quizás que esos lugares sean donde los familiares se despidan de su padre/madre/etc. El mantenimiento (de las instalaciones y del mobiliario) y la limpieza son por ello funciones esenciales para conseguir que sean lugares dignos, evitando que el paciente y la familia se sientan hacinados (tipo pasillo de urgencias). Parafraseando una conocida frase sobre trabajo en equipo, los hospitales son tan limpios como su habitación más sucia. Las reglas férreas deben ser flexibles y más en caso de pacientes terminales. Los procesos sanitarios tienen un elemento esencial: los pacientes, que son personas. Por ello, hay que intentar adaptar los procesos a sus características y a su situación. Incluso, tal y como señala el informe "El hospital del futuro", sería conveniente evitar mover al paciente más de lo necesario y no cambiarlo de habitación si su situación es muy delicada.Afortunadamente, todas las posibles carencias estructurales y de calidad percibida se suplen con la profesionalidad de los trabajadores sanitarios. Los medios para una gran cirugía suelen ser caros, pero los medios para conseguir un entorno agradable y tranquilo para los pacientes apenas tienen coste económico. La dignidad y el respeto son tan baratos...Nota: la foto es de Eric Lewis (vía Flickr).