Revista Opinión

El bien y el mal según 678

Publicado el 29 marzo 2010 por Gonza_z
El bien y el mal según 678
Sin dudas es el programa televisivo político más controvertido de los últimos tiempos. Repasando rápidamente su formato, se puede decir que se basa en material de archivo fiel al estilo de Diego Gvirtz. Luego del tape (con vestigios de una excelente compaginación y edición tanto de imágenes como de sonidos al mejor estilo TVR) una mesa de periodistas discute y reflexiona sobre el mismo. Hasta aquí nada hace pensar que sea un programa fuera de lo común pero lo sobresaliente es que está en una Televisión Pública grotescamente utilizada por el gobierno como medio propio de comunicación. Entonces, el programa (que el mismo conductor presenta como un resumen crítico de los medios) se convierte en un arsenal contra el pensamiento y accionar diferente al kirchnerismo.
La idea original que poco se ha cumplido era, por lo pronto, interesante. Una hora y media de reflexiones y opiniones periodísticas acerca de cómo se cocinan y se publican las noticias por los diferentes medios de comunicación con fuerte preponderancia de la televisión pero incluyendo entrevistas radiales o publicaciones gráficas y artículos de Internet. Esto ha sido reemplazado por el ataque a Clarín y a la oposición.
Hablar y criticar al monopolio comunicacional y su discurso hegemónico es saludable. En un país como Argentina que tiene una opinión pública altamente influenciable, que aparezcan voces alternativas es bueno para la construcción de una democracia mejor para todos. De eso parecen haberse olvidado los productores y conductores de 678. Se dejó de lado la construcción de un mensaje alterno por un mensaje netamente hiriente y belicoso. Precisamente, la principal crítica que se le hace a los periodistas que trabajan para el Grupo Clarín es que no tienen ideas propias sino que siguen las pautas de la empresa que les da de comer. Desde el estudio de 678 endemonizan a decenas de periodistas. ¿Está bien que así sea? La televisión pero más que nada la política es un juego de tires y aflojes. ¿Se puede pretender que todos piensen igual? y desde la otra vereda, ¿todo lo que hace un gobierno es incorrecto? Los extremos enferman, hacen mal. Este caso no es la excepción.
En este contexto, los panelistas de 678 pecan (o los hacen pecar) de la misma manera que lo hacen las víctimas de sus críticas. Desde su comienzo, en mínimas oportunidades se escucharon opiniones encontradas con el gobierno nacional, empleador de estos periodistas. Entonces, ¿se predica un libre pensamiento que ellos mismos son incapaces de practicar?
Los seguidores del programa, aluden que lo miran porque es una bocanada de aire fresco entre tanta mierda opositora que da vuelta entre los medios.Algo de razón tienen. Pero se equivocan al pensar que 678, Duro de Domar y el ahora político TVR, son mejores y superadores del mensaje monopólico y hegemónico del Grupo Clarín.
Clarín no habla de la causa de apropiación ilegal de dos bebes por parte de su dueña, no escribe sobre los negociados con Papel Prensa ni opina sobre la creación del monopolio comunicacional más grande del país, con todo lo que ello implica. ¿Es periodísticamente correcto dejar de hablar de temas importantes para la sociedad?Yo creo que no. Por eso no debe sorprender que se defienda la empresa y no la prensa. Punto para 678.
En la vereda de enfrente pasa exactamente lo mismo. Por hablar de ciertos temas (ataque a Clarín y a la oposición del gobierno) se dejan de lado otros. Repasando algunos; hechos de corrupción, (in) seguridad, aumento de precios (tensión o inflación da lo mismo la terminología mientras los costos aumentan), relación de la nación con las provincias, legitimidad de la deuda externa, falta de inversión en la red de transporte público, falta de una reforma real impositiva. Punto para la oposición.
Un ejemplo más que claro es la postura del programa para con Pino Solanas y su Proyecto Sur. Lo critican por no compartir la totalidad del modelo kirchnerista. Pino, desde su ideología de centro de izquierda (muy pocos pueden decir que están a la izquierda del pensamiento y accionar de Solanas y su movimiento político), no hace otra cosa que atacar las políticas de capitalismo salvaje del gobierno kirchnerista. Desde el crecimiento del juego y las apuestas hasta la explotación de los recursos naturales del sur del país (hidrocarburos y minería), Proyecto Sur reclama explicaciones de esos negociados. 678 ataca a Pino, lo trata de traidor, de unirse a una oposición de derecha.
Cuando habla 678 habla el gobierno, al igual que cuando habla Clarín hablan los políticos ideológicamente enfrentados. La política se ha convertido, lamentablemente, en un partido de básquet. Punto para uno, ataque y defensa; punto para el otro. Sin embargo, en este partido ninguno gana. Nadie, afortunadamente, tiene la razón total. A favor de la gente, sigue quedando el poder del control remoto y la decisión última de reconocer y reflexionar por sí misma (después del bombardeo mediático) qué idea política le conviene.

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LOS COMENTARIOS (2)

Por  Juanma
publicado el 02 mayo a las 00:35
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Cuando la oveja negra se reproduce, el pastor entra en pánico

Mucho se ha hablado últimamente del programa televisivo “678” (Canal 7). Elogios y críticas, vivas y detracciones, amores y odios. Quienes lo ven, se reivindican integrantes de “la mierda oficialista”; quienes no, se justifican diciendo que es “propaganda del Gobierno”. Sin dudas estamos ante un producto televisivo interesante para el análisis.

Algunas preguntas que podemos hacernos: ¿por qué este programa genera opiniones tan opuestas? ¿Cómo puede tener más de 150 mil seguidores en Facebook y a la vez recibir duras críticas de parte de periodistas, intelectuales y público en general?

Entrá en: http://noestoynerviosoclarin.blogspot.com/2010/04/cuando-la-oveja-negra-se-repoduce-el.html

Por  raul
publicado el 01 abril a las 05:10
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Cierto, 678 es asquerosamente manipulador y parcial, creo que no es un defecto si no su principal virtud, es un espejo de los medios argentinos, manipuladores y parcial hasta lo asqueroso, mucha gente entendio ese simple mensaje por haber sido puesto en lenguaje televisivo tan claro y provocador.