Revista Arquitectura

El ‘big data’ como herramienta para mejorar la gestión del territorio

Por Paisajetransversal @paistransversal
El ‘big data’ como herramienta para mejorar la gestión del territorio El proyecto Urban Discovery trata de dar una visión en el análisis de datos hasta ahora poco usada para la gestión del territorio: la perspectiva dinámica de los ciudadanos por la ciudad. Gracias a los datos recogidos de las transacciones económicas que realiza una persona, se puede hacer lecturas novedosas, no solo en el plano comercial, sino que también tiene un reflejo urbanístico muy marcado. El trabajo, realizado durante un año y creado gracias a CARTO, permite observar de una manera totalmente diferente las dinámicas en Madrid (con más de 81 millones de transacciones analizadas en 317.000 comercios), Barcelona (con 50 millones de transacciones en 175.000 comercios) y ciudad de México (con 281 millones de transacciones analizadas en 110.000 comercios).
La forma de visualizarlo es en forma de una nueva data story que muestra cómo se puede aplicar técnicas de ciencia de datos (análisis de redes y algoritmos de clasificación en este caso) a datos transaccionales geoposicionados para tomar el pulso a grandes ciudades. El experto de BBVA Juan Murillo explica para Paisaje Transversal la utilidad de los resultados para interpretar y mejorar la gestión del territorio a través nuevas fuentes de datos de alta resolución espacial y temporal como las del programa Urban Discovery.

Una Nueva Interpretación Urbana a través del Análisis de la Actividad Comercial


Por Juan Murillo (@j_murillo_arias)
Con el objetivo de descentralizar el gobierno de la ciudad y de optimizar la prestación de servicios públicos las grandes ciudades subdividen su término municipal en unidades territoriales menores. Así, en Ciudad de México se delimitaron 16 delegaciones en 1970; Madrid se organiza en 21 distritos desde 1988; y en Barcelona se definieron 10 distritos en 1984. Estas subdivisiones se delimitan según criterios históricos (los municipios absorbidos suelen pervivir como distritos una vez integrados) y prácticos: se pretende lograr una mínima homogeneidad demográfica y territorial, dentro de unos rangos. Hay que tener en cuenta que las unidades resultantes de esta primera división administrativa tienen a menudo una población comparable a la de muchas ciudades de tamaño medio (en México abarcan unos 500.000 habitantes, en Madrid o Barcelona el promedio es de 150.000 personas). Por lo tanto, se hace preciso un nivel aún más granular: surgen los barrios (en Madrid y Barcelona, de unos 20.000 habitantes) y las colonias (en Ciudad de México, unos 4.000 habitantes). La redefinición de estos ámbitos de gestión de segundo nivel es mucho más viva y frecuente, (aquí un ejemplo del proceso seguido y de los criterios aplicados), pero sin embargo siguen basándose en datos estáticos.
Hoy en día existen nuevas fuentes de información que describen el uso real que sus habitantes y visitantes hacen de las ciudades, y que deberían ser consideradas a la hora de delimitar distritos y barrios, algo que posteriormente condiciona múltiples aspectos de la vida de los ciudadanos, como por ejemplo la movilidad (en Madrid los barrios definen las zonas de aparcamiento regulado) o la escolarización (en Barcelona la asignación de colegios de educación infantil y primaria se basa en los distritos oficiales).  
El ‘big data’ como herramienta para mejorar la gestión del territorio
En nuestro equipo llevamos trabajando más de 5 años con una de dichas fuentes de datos: los pagos con tarjeta bancaria, capaces de describir el uso que los ciudadanos hacen de gran parte de los servicios que la ciudad les presta a través del tejido comercial y de ocio,(ver Big Data to Enhance the Tourism in Mexico (en inglés) o Análisis de Influencia sobre el Comercio de las Medidas de Calmado de Tráfico, por ejemplo). Si bien se trata de una fuente de datos parcial, ésta conforma una de las dinámicas más importantes a la hora de entender una ciudad y su evolución. En esta ocasión hemos trabajado con un doble propósito: 1.   Medir el grado de cohesión territorial de tres grandes ciudades para obtener nuevas delimitaciones internas: áreas funcionales basadas en la actividad real de la gente que se desenvuelve por los ámbitos estudiados.
2.   Cualificar las áreas funcionales identificadas.

La ciudad ideal frente a la ciudad real

La ciudad ideal estaría conformada por barrios equilibrados desde todos los puntos de vista, lo que redundaría en una mayor autosuficiencia y en un decremento de las necesidades de movilidad y de logística de suministro: equilibrio espacial, de usos, sociodemográfico y equilibrio en su configuración urbanística, en las dotaciones y equipamientos existentes, y en el nivel de atractivo. Aunque en investigaciones previas se ha demostrado que ligeras modificaciones en los patrones de consumo harían alcanzable alguno de estos objetivos parciales, lo cierto es las ciudades reales tienden a la segregación, y a la especialización de sus barrios. Para ello hemos trabajado en tres niveles: en primer lugar hemos identificado variables o métricas básicas en la información tratada; en segundo lugar dichas variables nos han servido para conformar atributos de consumo como combinación de variables. Empleamos estos atributos a modo de descriptores de zona, y pueden agruparse según tres tipos:
  • Atributos del tejido comercial y de la actividad registrada: densidad comercial global o densidad de un tipo de comercio específico (por ejemplo, comercio de proximidad, que cubre necesidades básicas), importe de la transacción media registrada en un área, etc. 
  • Atributos de perfil sociodemográfico de los consumidores: presencia de un determinado perfil de consumidor de forma predominante.
  • Atributos de huella temporal: identificación de patrones de concentración del gasto en determinados momentos.

En tercer y último lugar hemos combinado estos atributos para conformar etiquetas de zona que delimitan ámbitos homogéneos como sumatorio de comunidades -no necesariamente adyacentes- con características compartidas. Es en este punto en el que afloran las fuertes relaciones entre el pulso vital en el plano comercial, y las distintas tipologías que sirven para describir un área urbana: esta lectura nos ha llevado a unos resultados que tienen coherencia cronológica, espacial y funcional. Los nombres elegidos, sin embargo, se derivan ante todo de esta tercera característica -la función urbana- aunque es evidente la interrelación entre todas ellas: la disposición geográfica de un área está a menudo vinculada a su momento de desarrollo, distintas etapas conllevan diferentes tipologías constructivas y de uso del suelo, diferentes tipos de especialización, y ésta a su vez influye sobre el perfil de sus residentes sobre y sobre la conformación y actividad del tejido comercial. El ‘big data’ como herramienta para mejorar la gestión del territorio

Las tipologías urbanas identificadas

Bajo la perspectiva de sus patrones de consumo característicos hemos distinguido seis tipos básicos de ámbitos urbanos que estructuran la ciudad. Esta taxonomía ha resultado válida para zonificar las tres grandes urbes analizadas, y sería aplicable a los entornos urbanos (de una mínima escala y actividad transaccional) que se puedan estudiar en el futuro bajo este mismo prisma:
  • Zona 1 – Centro: se trata de áreas con alta concentración comercial, como resultado de un tejido urbano denso y con locales en planta baja que mantienen una alta ocupación y actividad. Existen hitos culturales (museos, librerías), presencia de turistas (tanto nacionales como extranjeros) y los usuarios de tarjeta propensos a realizar gastos vinculados al ocio cultural es superior a la de otras zonas de la ciudad.
  • Zona 2 – Barrio Acomodado: se trata de áreas con alta densidad comercial, al igual que las zonas centro -a las que suelen ser contiguas en el espacio y en el momento histórico de su desarrollo, pues las conforman áreas edificadas en la siguiente etapa, que abarca hasta 1940- pero se diferencian de la zona centro por una mayor presencia relativa de clientes con alto poder adquisitivo y por acoger menos hitos de ocio cultural aunque se mantiene una presencia comparativamente alta de foráneos.
  • Zona 3 – Barrio Popular: tras debatirlo mucho hemos denominado así a las zonas desarrolladas en la etapa de mayor crecimiento de las ciudades estudiadas: la segunda mitad del siglo XX, momento en el que se produjo la llegada de una gran cantidad de población del medio rural a las grandes ciudades. El resultado son áreas con baja densidad comercial y especial importancia del comercio de proximidad o de conveniencia (panaderías, ferreterías, farmacias, alimentación), con bajos ticket medios y poco gasto en fin de semana.
  • Zona 4 – Centros de Trabajo: las zonas de oficinas o industriales se caracterizan por registrar una actividad extremadamente baja durante el fin de semana, y por tener un tejido comercial poco denso, conformado ante todo por bares y restaurantes que dan servicio a los empleados de los centros de trabajo.
  • Zona 5: Nuevos desarrollos: hemos denominado así a las áreas con las características de las zonas residenciales (baja densidad comercial, sin presencia de turistas) pero con una edad media menor y gasto concentrado en el fin de semana. Urbanísticamente coincide con los últimos crecimientos de las ciudades, en los que residen familias que entre semana no realizan demasiada vida de barrio, concentrándose el consumo en el fin de semana.
  • Zona 6: Centros comerciales: áreas con muy baja densidad comercial y un tipo de consumo concentrado en grandes superficies (hipermercados, tiendas multiproducto, grandes almacenes…)

El ‘big data’ como herramienta para mejorar la gestión del territorioDe momento consideramos logrado el primer objetivo: probar que la fuente sobre la que hemos trabajado y las metodologías aplicadas pueden ayudar a leer dinámicas en nuestras ciudades bajo un nuevo prisma, pero la capacidad descriptiva de los datos de consumo va mucho más allá, y ganará una dimensión más transversal al ser combinados con otras fuentes. En el futuro será interesante observar las evoluciones temporales de los atributos descritos, lo que puede servir para arrojar luz sobre fenómenos tales como la gentrificación, elitización, turistificación, en todo caso será algo para lo que será necesario trabajar sobre una taxonomía de categorías más detallada. Más allá del valor académico o de investigación que este trabajo alberga, estos resultados pueden contribuir a sentar las bases de herramientas prácticas que faciliten decisiones de toda índole a ciudadanos, empresas y administraciones, como por ejemplo ayudar a la identificación de áreas gemelas en ciudades diferentes, algo que puede guiar la búsqueda de vivienda o la implantación de nuevos negocios en áreas favorables que maximicen las posibilidades de éxito. 
Se puede interactuar con la aplicación en el sitio oficial de Urban Discovery
Crédito de imágenes 01- Detalle de las redes creadas por las interacciones bancarias en un distrito de México (fuente:urban Discovery) 02 - Tipología y líneas de demarcación de la ciudad de México (fuente:urban Discovery) 03- Tipología urbanas identificadas en el estudio en Barcelona (fuente:urban Discovery)

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