Compró uniforme de fatiga, turbante, blusones blancos, se dejó crecer la barba y comenzó a patrullar las calles del peligroso barrio Santa Fe de Bogotá con el aspecto del terrorista más buscado del planeta. Y así lleva desde entonces, cuidando el comercio día y noche a cambio de propinas, ajeno a las salvajadas que hacía el original.“Nací en Arabia Saudita pero me crié en Cali. Soy el vigilante del barrio”, comenta con orgullo. “¡Cuidado Osama, que los gringos lo ven y lo extraditan!”, le gritan riendo un par de vecinos. “Dijeron que estaba usted en el fondo del mar y yo les dije a los gringos que andaba por acá”, bromea otro. Él les devuelve la sonrisa. En estos días se ha vuelto un personaje muy popular y algunos niños se acercan a tomarse fotos con él.
