El blog Óptima Infinito cumple 12 años

El pasado día 1 de junio, Óptima Infinito cumplió 12 años y, por fin, con nueva plantilla.

Paul Dolan nos explica que lo que haces importa para tu felicidad.

Yo empecé a escribir principalmente por curiosidad. Quería experimentar qué era eso de tener un blog.

Luego descubrí que escribir me ayudaba a aclarar las ideas, porque me forzaba —en el buen sentido— a pensar. Ya lo dice el maestro Xavier Marcet, «si no escribimos, no sabemos si pensamos».

Más tarde comprobé que el blog me permitía conocer a un montón de personas interesantes con las que aprender. Sin ir más lejos, algunos de mis compañeros de OPTIMA LAB o la gente de #redca.

Y también experimenté cómo el blog era un elemento fundamental en el desarrollo de mi marca personal.

Aunque casi todo lo anterior sigue siendo válido, hoy escribo, sobre todo, por que me gusta y soy feliz haciéndolo.

Y por fin llegó la plantilla

Ya he escrito un post sobre el tema, así que voy a evitar repetirme.

Necesitaba mentalmente este cambio de plantilla. Para mí ha sido un soplo de aire fresco que ha reavivado mis ganas de escribir.

Aún nos queda mucho por pulir. La versión de escritorio está ya bastante bien —aunque todavía la vamos a dejar mejor— pero a la versión móvil todavía le falta mucho para estar donde quiero.

La que tengo ahora instalada debe ser ya la tercera o cuarta versión desde que estrenamos la plantilla. Cada pocas semanas instalamos una actualización.

Sergio sigue haciendo ahí una labor encomiable (por cierto, si no conoces su blog, te lo recomiendo, porque es realmente bueno).

Reescribiendo 12 años de Óptima Infinito

Una de las cosas que estoy haciendo es revisar todos los posts escritos hasta la fecha (más de 800).

Estoy revisando enlaces, actualizando categorías y etiquetas, subiendo fotos de mayor tamaño, etc. Pero, sobre todo, estoy revisando los contenidos.

En doce años se puede aprender y evolucionar mucho. En mi caso, revisar el blog me está permitiendo comprobar esta evolución y darme cuenta de errores que cometía en determinadas cosas (fundamentalmente relacionadas con GTD^®).

Me siento incómodo dejando ahí cosas que ahora sé que son incorrectas, así que estoy editando los posts para ponerlos al día.

Será un proceso largo, probablemente de años, pero me apetece hacerlo y lo estoy disfrutando.

¿Y qué pasa con las estadísticas?

El efecto de no tener activado el protocolo https se ha seguido acentuando durante el último año.

Ha pasado muy poco tiempo desde que cambié la plantilla, pero seguro que dentro de un año se empieza a notar.

En Feedly he pasado de los 5.110 suscriptores del año pasado a 5.235 a día de hoy, un modesto incremento del 2,4%. Esta cifra, sumada a las suscripciones por email, y a las suscripciones con otros lectores de RSS distintos de Feedly, totaliza unos 7.700 suscriptores, prácticamente igual que hace un año.

Por otra parte, el tráfico sigue descendiendo. El número de usuarios únicos pasa de los 223.000 del año pasado a 191.000 (-14%), mientras que el número de páginas vistas ha bajado de 688.000 a 576.000 (-16%).

Creo que hay varios motivos para ello.

Uno, el problema técnico con el https, que penaliza y dificulta que salgas en las búsquedas de Google.

Dos, me da la impresión de que la lectura de blogs en general ha bajado o, al menos, se ha estancado.

Tres, últimamente me he centrado en escribir sobre la parte de perspectiva de GTD^®, que lógicamente tiene menos tirón que la parte de control.

Planes de futuro

Mi intención es seguir escribiendo sobre la parte de perspectiva. Apenas hay nada publicado y lo que hay es muy básico.

El control, aunque indispensable, es la antesala de la efectividad.

La efectividad de verdad, la efectividad diferencial, está en la perspectiva.

En el Principio de Pareto, el control sería el 80% que te da el 20% de la efectividad y la perspectiva el 20% que te da el 80% restante.

También es probable que vuelva a escribir sobre OPTIMA3^®, sobre todo en la medida que vaya releyendo y actualizando post antiguos sobre el tema.

Mi plan es escribir sin plan. Dejar que las cosas fluyan. Como dice mi hija Marta, «vamos viendo».

Gracias por seguir ahí un año más. Sigamos aprendiendo. Un abrazo.

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