En el enclave floridano, la intimidación y la agresión muchas veces han tomado forma de actos terroristas, hacia aquellos que tuvieron voces discordantes. En los últimos tiempos hay abundantes casos de linchamientos mediáticos, por parte de una prensa, que bien se sabe, sirve a las agresiones contra la Isla, y que jamás cuestiona el bloqueo genocida hacia los cubanos.
Pero, la realidad es tozuda e inevitable y las largas garras de bloqueo también alcanzan a los residentes miamenses, aunque sea banalizado, casi a modo de chiste, un recurso mediático que a la postre contribuye con el disciplinamiento de la mayoría silenciosa, que solo por decencia, no tiene por qué estar de acuerdo con el embate contra la tierra donde nacieron y residen sus familiares.
Un ejemplo es una reciente publicación en El Nuevo Herald, que hace muy amigable y facilitador el asunto, pero jamás dirá que eso es bloqueo, y que se sufre en la Isla, y por cierto, con medicinas u otros insumos más apremiantes que un sándwich.
"La próxima vez que un amigo se ofrezca a pagar el almuerzo y dividir la factura usando Venmo, un servicio de transacciones monetarias en línea, piénselo por un minuto antes de pagar.
¿Su descripción contiene las palabras “Cuba” o “La Habana”? A menos que prefiera congelar su cuenta, sería mejor escribir otra cosa.
Se sabe que Venmo, la aplicación propiedad de PayPal, le pone una marca a transacciones que mencionen vagamente actividades potencialmente ilegales como drogas, prostitución o envío de dinero a países prohibidos. Las empresas que procesan transacciones monetarias deben cumplir con las reglas y sanciones de Estados Unidos, incluido el embargo* económico contra Cuba.
Así que piénselo dos veces antes de identificar ese sándwich cubano que se comió en el almuerzo."
Venmo, es una aplicación propiedad de PayPal, que en el 2015 pagó un acuerdo de casi $8 millones a Estados Unidos por denuncias de que la compañía violó las sanciones, al procesar miles de dólares de transacciones hacia y desde Cuba, Irán y Sudán, con lo que infringió las regulaciones de la rigurosa Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, eso explicó El Nuevo Herald.
Como se ve y queda claro, hasta para comprar un sándwich cubano funciona el bloqueo en cualquier lugar del planeta, pero lo llaman embargo, figura que emplea el Gobierno de los Estados Unidos para no reconocer que aplica a Cuba medidas de tiempo de guerra, de una guerra no declarada contra el pueblo cubano.
El bloqueo ha causado en décadas un daño a la Isla por 822 mil 280 millones de dólares y, solo en 2017, 4 305,4 millones de dólares, lo cual no tiene mucha cara de pretexto, pero si dicen que el cerco no es un obstáculo al desarrollo cubano, si los medios enmascaran o manipulan, cuando menos, son cómplices de genocidio, inmoralidad e ilegalidad, aunque lo pinten de chiste o folklore.