El bosque de los cuatro vientos

Autor/a: María Oruña
Edición: 1ª ed.
Editorial: Destino
Año de edición: 2020
Número de páginas: 415
ISBN: 978-84-233-5754-3
Hacía tiempo que tenía ganas de leer algo de María Oruña y había oído hablar bien de los libros protagonizados por la teniente Valentina Redondo pero no me apetecía adentrarme en otra trilogía (Puerto Escondido), así que cuando me regalaron las pasadas Navidades El bosque de los cuatro vientos –autoconclusivo- me pareció el momento perfecto para leer a esta autora.
María Oruña nos presenta dos hilos argumentales, uno que acontece en el presente y otro que tiene lugar a principios del siglo XIX. En la historia del presente conoceremos, en primera persona, a Jon Bécquer; un antropólogo que, junto a su socio, se dedica a descubrir falsificaciones y robos de obras de arte. Estando en Ourense, por unas conferencias, Jon se aloja en el actual parador de Santo Estevo –un antiguo monasterio benedictino- y allí le cuentan la historia de la leyenda de los nueve anillos de los obispos de Santo Estevo que eran capaces de hacer milagros y de curar enfermedades, por lo que fueron bastante venerados, pero que desaparecieron y nada se sabe de ellos en la actualidad.
Pese a no ser un asunto que le atraiga profesionalmente sí que le pica la curiosidad por saber qué pasó con los anillos, así que, durante sus vacaciones, vuelve al parador para investigar por su cuenta y contacta con una persona que le puede dar cierta información sobre los anillos en cuestión. Sin embargo, la noche en la que había quedado con su informante éste muere repentinamente.
¿Muerte natural?, ¿accidental?, ¿asesinato? A partir de aquí Bécquer nos cuenta –a nosotros y al sargento Taboada, encargado del caso- sus hipótesis sobre lo que le paso al fallecido así como los pasos que da en la investigación de los anillos.
Por otra parte tenemos la historia que acontece en el pasado donde conoceremos a Marina, hija del doctor Vallejo que, tras la muerte de su esposa, acepta ser el nuevo médico del monasterio de Santo Estevo donde su hermano es abad. Marina es una joven idealista adelantada a su época, donde las mujeres no tenían derechos y a lo más que podían aspirar era ser una buena esposa y mejor ama de casa. Sin embargo, para ella el matrimonio no entra en sus planes, lo que quiere es poder estudiar medicina como su padre –cosa imposible en aquella época- o, en su caso, aprender todo lo que pueda sobre remedios, curas, enfermedades y plantas medicinales.

Parador de Santo Estevo

Con la excusa de ayudar a su padre, Marina tiene acceso a la botica del monasterio donde fray Modesto le enseñará los secretos de las plantas medicinales pero compartirá ese conocimiento con Franquila, el ayudante del fraile, y que jugará un papel importante en el devenir de la historia.
Ambos hilos argumentales se irán intercalando hasta llegar al punto en el que se nos muestra la conexión entre ambos y, como me suele pasar cuando hay dos historias, siempre disfruto más de la que acontece en el pasado ya que, en este caso, España vivía una situación un tanto convulsa durante el reinado de Fernando VII ya que el pueblo lo veía como un monarca absolutista –había derogado la Constitución de Cádiz- y se avecinaban aires liberales y nuevas desamortizaciones. Precisamente, la desamortización también tendrá presencia en el libro y lo veremos, en este caso, desde el punto de vista del abad de Santo Estevo.
Pese a que el libro tiene más de cuatrocientas páginas, personalmente, se me han quedado muy cortas puesto que la parte histórica me ha sabido a poco y se podía haber profundizado algo más en el contexto de aquella época así como en las vivencias y acontecimientos que les suceden a Marina y demás personajes. También me ha pasado lo mismo con la historia del presente, creo que podía haber dado algo más de juego ya que, si bien la investigación sobre los anillos me ha resultado interesante, la parte sobre el caso del finado me ha parecido demasiado descafeinada y, valga la redundancia, también se me ha quedado corta.
Respecto a los personajes tengo que decir que me quedo, sin ninguna duda, con Marina. Me gusta su determinación por adquirir conocimientos, por tener las ideas tan claras sobre lo que quiere en la vida y por ser consecuente con sus propios actos. Bécquer me ha resultado un poco más insulso, en ocasiones hasta le hubiera dado un tortazo por verse así mismo como un monstruo por tener manchas en la piel pero, al final, terminas comprendiéndolo.
Además de Marina, Bécquer y demás personajes secundarios -que están todos bien definidos- añadiría otro que está presente de principio a fin y sobre el que se cimenta El bosque de los cuatro vientos: Galicia, y más concretamente, Ourense y la Ribeira Sacra. María Oruña crea unos escenarios fantásticos, muy visuales, que dan ganas de salir corriendo a visitar el parador de Santo Estevo, el monasterio de Oseira y todo los demás sitios que se mencionan a lo largo a de las páginas. A parte de la ambientación, también destacaría ese halo de misterio y leyenda que tiene Galicia, con su clima y sus gentes que te responde a una pregunta con otra, que parecen desconfiados y luego te dan todo.
El bosque de los cuatro vientos es una novela bien narrada, con un estilo sencillo y pausado pero que engancha desde las primeras páginas –con la aparición del muerto y el misterio de los anillos- hasta el final en el que todo se resuelve. Un final que, sinceramente, no me lo esperaba pero donde todas las piezas terminan encajando a excepción de los anillos de Santo Estevo.
Respecto a los anillos deciros que la leyenda es real, que sí existieron pero no se sabía de su paradero y digo “sabía” puesto que, tres meses después de que se publicará El bosque de los cuatro vientos, se han encontrado cuatro de los nueve anillos durante la restauración de los relicarios de la Iglesia de Santo Estevo. El resto, hasta el momento, están desaparecidos.
Resumiendo, El bosque de los cuatro vientos es una novela entretenida para quienes gustamos de este tipo de historias, eso sí, no esperéis encontrar el thriller histórico con el que algunas personas catalogan a esta novela porque no lo vais a encontrar puesto que el ritmo del thriller brilla por su ausencia a favor de algo más pausado. Sí encontraréis intriga, pinceladas históricas de la primera mitad del siglo XIX y del reinado de Fernando VII, así como una buena historia y rincones que invitan a ser visitados.
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