Revista Cine

El Bosque de los Suicidas

Publicado el 13 abril 2011 por Juancarbar

El Bosque de los SuicidasDibbuks nos trae un nuevo trabajo de El Torres y Gabriel Hernández. Tras el éxito de El Velo, repiten género, el de terror, con El Bosque de los Suicidas. Mas de noventa páginas donde es fácil pasar miedo. Ambientado en un peculiar y macabro bosque de Japón, llamado Aokigahara, El Bosque de los Suicidas nos propone una fórmula casi magistral: Suicidas, espíritus en busca de venganza y un escenario donde los amantes del género de terror disfrutan: los fantasmas.

El Bosque de los Suicidas
Para una gran mayoría, el género de terror japonés nos llegó a través del cine, que incluso llegó a adaptarse al mercado americano. El ejemplo mas claro es The Ring, film que en su versión japonesa crea esa sensación de “miedo” que últimamente apenas crean las películas de terror. En dichos films, un tema recurrente es la aparición de fantasmas que reclaman a los vivos. Ya sea por venganza o cualquier otro motivo, la cuestión es que es fácil morir, algo que es normal con espíritus de por medio. Si, es algo universal en el género de terror, pero los japoneses le dan un toque que te hace pensártelo dos veces antes de ver una película solo y a ciertas horas de la noche. El Bosque de los Suicidas, sigue esa senda, donde lo que importa es sentir miedo.

El Torres y Gabriel Hernández, nos cuentan la historia de Alan, un gaijin que acaba de romper con su novia Masami y Ryoko, guardabosques de…ya sabéis qué bosque. Masami decide que la ruptura de su historia de amor es suficiente para poner fin a su vida, aunque regresará como espíritu a la vida de su exnovio (Alan). A partir de ese instante, Alan deberá buscar respuestas en Aokigahara, donde Ryoko también busca las suyas.

El Bosque de los Suicidas
Como cuentan los propios autores en el material extra que acompaña al álbum, llevar la historia a Japón no es nada fácil desde el punto de vista occidental. Podemos decir que superan con nota este apartado, ya que la ambientación es excelente. De hecho, uno de los personajes principales, Alan, puede ser el propio lector, un extranjero que no entiende antiguas costumbres y rituales desconocidos para nosotros. El otro personaje principal, Ryoko, es la forma perfecta para unir el bosque, con rituales japoneses entorno a la muerte y a los espíritus. Es el trabajo con este personaje lo que da sentido a la obra.

Las dos tramas paralelas, centradas en Ryoko y Alan, confluyen sin que se deban tomar atajos o “casualidades mágicas” para que todo cuadre. En cambio, van sucediéndose los hechos para hacer irreversible cada decisión de los protagonistas, consiguiendo que lo que leemos sea lo mas lógico.

Con un guión y dibujo impecables, El Bosque de los Suicidas nos  recupera un género de capa caída como es el de terror.


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