Revista Viajes
Cuando uno visita una comunidad autónoma como Cantabria espera encontrarse una región rica en paisajes, biodiversidad y naturaleza, que además posee el Parque Nacional de Picos de Europa -primer parque nacional de España y segundo del mundo tras Yellowstone en Estados Unidos- y atesora también varios parques naturales que preserva la rica y variada fauna salvaje y la exuberante vegetación que cubre sus bosques de hayas, robles y acebos. Pero lo que resulta una sorpresa inesperada es toparse con un bosque de enormes secuoyas, el mayor del continente europeo, con algunos ejemplares que sobrepasan ampliamente los cincuenta metros de altura. La historia es cuanto menos curiosa, y como en tantas otras ocasiones comienza casi por casualidad, fruto de un experimento en los años 40 para estudiar la posible explotación de recursos forestales. Este bosque se encuentra situado a pocos kilómetros de la localidad de Cabezón de la Sal.
El acceso al bosque de secuoyas, declarado monumento natural por el Gobierno de Cantabria, está perfectamente señalizado y se accede al mismo a través de una pasarela peatonal que comienza junto a la carretera. Ahí mismo se puede consultar unos carteles explicativos que relatan la historia del bosque de secuoyas, facilita datos sobre las dimensiones del mismo, altura media y grosor medio de los troncos, así como nos introduce en las peculiaridades de esta gigantesca especie arbórea cuyos ejemplares más altos se localizan en el estado de California.
Los ejemplares de secuoya que conforman este particular y único bosque alcanzan alturas que van desde los 40 a algo más de 50 metros. De media suelen tener nada más y nada menos que dos metros de perímetro y en el suelo del bosque no llega a crecer arbustos ni otros especies de plantas debido a la densidad de la masa arbórea de estos enormes árboles que no permite el paso de la luz.
Las secuoyas costeras son los árboles más altos conocidos. Pueden alcanzar más de 100 metros de altura y vivir más de 2.000años, y concretamente el ejemplar conocido por el nombre de "hiperion" -el que camina en las alturas- talla 115 metros. Se encuentra en el Parque Nacional Redwood en California y su emplazamiento se mantiene secreto para evitar la presión turística. Pero en cuestión de tamaño por volumen el premio se lo lleva la secuoya "General Sherman" con 1.500 metros cúbicos de madera.
En resumen, si se quiere disfrutar del espectáculo que ofrecen estos gigantes del bosque no hay más que acercarse hasta el monte Cabezón. Una experiencia que, fuera de la zona natural de crecimiento de estos árboles en California, sólo es posible vivir en el corazón de Cantabria o en nuestras antípodas, en Nueva Zelanda, donde el bosque de Whakawarega plantado treinta años antes que el cántabro es un gran reclamo turístico.
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