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El bosque sabe tu nombre (Alaitz Leceaga)

Publicado el 15 junio 2018 por Bookworm
El bosque sabe tu nombre (Alaitz Leceaga)TÍTULO: El bosque sabe tu nombre
AUTOR: Alaitz Leceaga
EDITORIAL: Ediciones B
Sinopsis Editorial:

Un secreto oculto en lo más profundo del bosque.
Una mansión azotada por las olas.
Dos hermanas enfrentadas.
Un linaje de mujeres con un don extraordinario.

A finales de los años veinte del siglo pasado, Estrella y su hermana gemela, Alma, llevan una vida privilegiada como hijas de los marqueses de Zuloaga, propietarios de una casa solariega y una mina de hierro en un pequeño pueblo suspendido sobre el Cantábrico. Crecen rodeadas de fiestas y lujos, pero también marcadas por un poderoso misterio.

Porque Estrella y Alma no son como las otras niñas: herederas de un extraño don que pasa de generación en generación entre las mujeres de su familia, viven a la sombra de una maldición según la cual una de las dos morirá antes de cumplir los quince años.

Así arranca esta historia llena de magia y pasión, que nos lleva por medio mundo tras los pasos de su protagonista, una mujer inolvidable que no dudará en hacer todo lo necesario, sin miedo al peligro ni a las convenciones sociales, por defender su tierra y el legado que lleva escrito en la sangre.
Hoy os traigo mis impresiones sobre "El bosque sabe tu nombre", la primera novela de Alaitz Leceaga. La verdad es que no deja de asombrarme que alguien que se lanza por primera vez al ruedo de las letras se estrene con un novelón de más de 600 páginas. No sólo hay que tener confianza en la historia que quieres contar sino también en uno mismo y está claro que Alaitz Leceaga tenía motivos más que suficientes para confiar en su historia y en que llegara a todos los lectores. Personalmente he disfrutado muchísimo de este libro que a priori por su extensión puede dar un poco de miedo o pereza, pero que una vez que comienzas te atrapa sin remedio.
Confesaré para empezar que el tema de la "magia" en la historia no sabía si jugaría a su favor o en su contra, teniendo en cuenta que no es algo que esté habituada a encontrar en las novelas que suelo leer y que tampoco es algo que me emocione especialmente, pero diré que no sólo me ha gustado este mágico ingrediente en la narración sino que además es un componente muy importante sin el que la historia no funcionaría.
La novela nos sitúa en el País Vasco, en Basondo (lugar imaginario) en la década de los años veinte y la historia arranca cuando Alma y Estrella, gemelas idénticas salvo en el color de los ojos (una los tiene amarillos y la otra de dos colores, amarillo y verde) e hijas de los marqueses de Zuloaga, vuelven de su diaria incursión en el bosque que hay en frente de "Villa Soledad", la mansión en la que viven. Alma, que puede hablar con los muertos, ve a su abuela, que acaba de lanzarse por el acantilado y esta le revela que antes de cumplir los 15 años una de las dos morirá.
Mi abuela Soledad se casó con un hombre mucho mayor que ella y dejó su tierra para no volver jamás. Ella vivió aquí, en esta casa que lleva su nombre durante casi toda su vida pero nunca olvidó su verdadera tierra. Pensaba cada día en su casa, su casa verdadera, hasta que una tarde se cansó de añorar su tierra querida y saltó al mar.
Alma y Estrella son herederas de diferentes dones que van pasando de generación a generación entre las mujeres de su familia y la profecía de la abuela se cumple puntualmente, así que será la hermana que quede con vida la narradora de esta extraordinaria historia, aunque siempre estará acompañada por el "fantasma" de su gemela.
Con ella viajaremos a través de los años a diferentes lugares, y es que tras la muerte de su hermana en terribles circunstancias, sus padres la enviarán primero a un internado inglés. Tras algo que ocurre en el internado vuelve a Basondo para acabar marchándose a Estados Unidos y tras pasar allí unos años volverá una vez más al que considera su hogar en una época de posguerra donde la escasez de todo hacen que "Villa Soledad" parezca un viejo caserón abandonado y no la maravillosa casona que ella recordaba. Preparada para luchar por lo que quiere, viaja a Madrid, dispuesta a hacer lo que sea para encontrar la ayuda que necesita y así volver a poner en marcha el negocio familiar, unas minas de hierro de las que su padre era propietario y de las que dependía prácticamente todo el pueblo e intentar de una vez por todas encontrar la estabilidad en su vida. Lo que ya no os contaré es si lo logra o no.
Por supuesto en este pequeño resumen que acabo de hacer, he omitido la parte más jugosa de la narración, aquello que le va ocurriendo en cada lugar en el que vive y que le hace viajar al siguiente, incluso el nombre de la gemela narradora, pero de verdad que vale la pena que os adentréis en la novela y lo vayáis descubriendo todo poco a poco.

El bosque sabe tu nombre (Alaitz Leceaga)

Alaitz Leceaga. Fotografía de Eitb-eus

Sí me encantaría hablaros de lo mucho que me ha gustado la protagonista de esta historia, un personaje maravillosamente caracterizado. Es cierto que al principio no acababa de conectar con ella, me parecía algo caprichosa, envidiosa y sí, existía el enfrentamiento con su hermana que menciona la sinopsis de la novela porque todo el mundo parecía conectar más con esta, pero en el fondo tampoco eran tan diferentes. En todo caso y a pesar de esas envidias y ese modo de acusarse a veces la una a la otra, sentían que  un hilo invisible las conectaba y aunque una de ellas muere enseguida no deja de acompañar a la otra a lo largo de la narración.
La imagen de  una nunca cambiará y seguirá siendo siempre la niña que era cuando murió, la otra sin embargo crecerá, madurará, la veremos evolucionar y convertirse en una mujer muy diferente de la niña que fue. Ambas nacieron en una época en la que las mujeres eran poco más que un florero, una mujer acataba lo que le ordenaban, no protestaba y si se tenía que enfadar desde luego no lo hacía con el hombre que había provocado su pesar, sino con cualquier otra persona que estuviera alrededor.
No me di cuenta de lo que sucedía en realidad hasta varios años después, cuando mi madre me dijo algo parecido en la biblioteca la noche en que casi le prendí fuego: «Me enfado contigo porque no puedo permitirme enfadarme con el marqués.» Mi madre había sabido ya entonces que su supervivencia —y la nuestra, en cierto modo— pasaba por elegir siempre al marqués. Incluso cuando las circunstancias eran demasiado terribles o humillantes para ella —una hija ilegítima y otra muerta— no tenía más remedio que ponerse de su parte y perdonarle.
Pero nuestra protagonista está cansada de estar supeditada a las órdenes de los hombres. Ha estudiado, es inteligente y se ve capaz de tomar decisiones importantes, además no le importa reconocer que hará lo que sea, incluso asociarse con quien haga falta para lograr sus objetivos. Es una mujer atrevida con un claro propósito y simplemente busca soluciones a sus problemas sin importarle la opinión de los demás.
Llegados a este punto no sé si yo haría algunas de las cosas que ella hace. Entiendo sus motivos, pero quizás hay que marcar un límite y ciertas asociaciones ya se veían peligrosas antes de empezar. En todo caso, su valentía, su rebeldía y arrojo, la pasión que pone en cada decisión que toma y en general la evolución de este personaje me han gustado muchísimo, al igual que algunos de los personajes secundarios que la acompañan que están también estupendamente perfilados, destacando a Catalina, que siempre ha vivido en Villa Soledad, con su madre Carmen, niñera de Alma y Estrella, a Liam Sinclair, un peculiar personaje que irá apareciendo y desapareciendo de la historia hasta el momento que encuentra su lugar o incluso Tomás, un personaje que ambas hermanas conocen de niñas y que nunca llegó a salir de Basondo.
Destacaría también, casi como si fueran dos personajes más de la novela, el bosque que tan bien conocen las dos hermanas y en el que se sienten tan seguras y la propia mansión, dos lugares que a los que la autora nos traslada de forma inmediata gracias al magnífico trabajo de ambientación de la novela. Ambos escenarios son parte de su legado y la novela es la lucha por protegerlo a costa de lo que sea.
"El bosque sabe tu nombre" es una novela dividida en cuatro partes (Fuego, Agua, Viento y Tierra) que está estupendamente escrita, de lectura ágil, muy visual y también difícil de encuadrar en un sólo género.
La autora se sirve de ella para hablarnos de la sumisa situación de la mujer en las primeras décadas del siglo XX, de las diferencias entre las distintas clases sociales. Toda la narración está envuelta en un halo de misterio gracias a los dones de las mujeres Zuloaga al que ayuda que "Villa Soledad" se halle situada frente a un bosque envuelto siempre entre brumas y cerca del acantilado desde donde saltó la abuela de las gemelas. Sin ser una novela histórica, la autora refleja determinados hechos históricos que nos ayudan a situarnos sin problema, como la Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mundial, la presencia de nazis en España... También es un libro con intriga y misterio y a la vez te da la sensación de estar leyendo un cuento para adultos en el que por supuesto hay un lobo, aunque aquí el malvado de la historia estaría representado por dos personajes, Villa, de quien prefiero no contar nada y "el marqués", padre de Alma y Estrella y al que sus propias hijas jamás han llamado papá, un hombre despreciable que no ha querido a ninguna de las mujeres que le han rodeado, incluyendo su propia madre, aunque en mi opinión lo que era el marqués es un cobarde de tomo y lomo, temeroso del don de esas mujeres y que se escudaba en su posición económica y social para hacer lo que le daba la gana.
En resumen, he disfrutado muchísimo de esta novela. Creo que la lectura no decae en ningún momento y el final me ha parecido estupendo. Y me alegra saber que es una novela autoconclusiva (creo), pero da igual porque me encantará leer otra historia escrita por esta mujer, que ha entrado en este mundo de las letras por la puerta grande.
La abuela Soledad tenía poder también, por eso hablaba el idioma secreto de los pájaros, sabía cuándo crecerían las rosas del jardín o conseguía que los árboles dieran mejores manzanas. Ella sentía el fuego dentro, igual que yo.


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