A nadie extraña afirmar que Bruce Springsteen es uno de los grandes iconos de la música rock de todos los tiempos. Lo que quizás algunos de sus seguidores no conozcan es que padece depresión desde la gira de presentación de su disco Nebraska. Fue en un hotel de Texas en 1982 cuando en palabras textuales “conoció el abismo”.
Con motivo del estreno este próximo 16 de diciembre del documental autobiográfico Springsteen on Broadway, que emitirá Netflix, el cantante ha concedido esta misma semana una entrevista a la revista Esquire en la que han salido a la luz estas sorprendentes confesiones. Y es que a sus 69 años lleva medicándose desde los 32 años para mantenerse equilibrado. Tras más de medio sigo de carrera a sus espaldas esta afirmación es toda una revelación que engrandece aún más, si cabe, su estela musical, ¿no crees?
Las enfermedades mentales siempre han estado presentes en la familia del Boss. Su padre fue diagnosticado de esquizofrenia paranoide, una circunstancia que ayudó años después a Bruce a comprender el porqué de aquella difícil relación con su progenitor durante su infancia y pubertad. Tal y como explica en la entrevista, a medida que envejecemos el peso del bagage psicológico que acumulamos se vuelve mayor, al igual que el precio que debemos pagar por no resolver nuestras encrucijadas personales pendientes.