El botellón una realidad social que ha ido en aumento durante los últimos cinco años: cada vez son más los jóvenes que consumen alcohol y que practican botellón. Sólo hay que darse una vuelta por los parques y jardines de la ciudad un sábado o domingo por la mañana para confirmarlo.
Sin embargo, ni adolescentes ni universitarios son conscientes de las consecuencias negativas derivadas del consumo de alcohol, ni siquiera de la posibilidad de desarrollar un proceso adictivo. A esto hay que añadir que los jóvenes empiezan cada vez antes el consumo, en mayor cantidad y con bebidas de más graduación.Este sería el perfil del nuevo adicto al alcohol. «Porque el consumo excesivo y el botellón tienen una consecuencia de salud que no estamos viendo ya que sólo nos centramos en el tema social». Quien así habla es la profesora de Psicología Básica de la Universitat de València, María Teresa Cortés, considerada una de las mayores expertas en botellón y adicciones de la Comunitat. Cuenta, además, con varios estudios sobre esta problemática financiados por el Plan Nacional de Drogas.«Ya se está viendo a gente de veinte y pocos años en las unidades de conductas adictivas», aseguró. Aquellos que se iniciaron en el alcohol hace unos años, con el botellón de fin de semana, ahora tienen un problema de adicción. Según la profesora Cortés, hay unos condicionantes para llegar a un abuso o una dependencia. Son la edad de inicio y el patrón de consumo y tanto los jóvenes de ahora como los adolescentes de antes los cumplen.«Se juntan todos los factores de riesgo posibles: la edad, cada vez más temprana; la manera, pues lo hacen más de dos veces al mes; duplican las cantidades de consumo; beben sin comida de por medio y en horas del día en que la metabolización es peor... Así que a nivel de tratamiento también llegan antes a las consultas», detalló. El 69% de los estudiantes de entre 14 y 18 años reconocen la práctica del botellón, mientras que son el 82% de los universitarios de entre 19 y 15 años. Ambos grupos asocian el concepto botellón a beber y la primera copa se toma a los 13 años.