Desde el 25 de octubre de 2013 y hasta el próximo 26 de Enero de 2014, la Fundación Calouste Gulbenkian de Lisboa exhibe una hermosa exposición que lleva por título: El brillo de las ciudades, la ruta de los azulejos.
El hilo conductor de la muestra es poner de manifiesto como un objeto simple como el azulejo puede ser la imagen de una compleja historia: durante miles de años han sido reflejo de la economía, la sociedad, la tecnología, la estética, la política o la religión.La simetría y la belleza están emparentadas, por ello es normal encontrar curiosas geometrías dignas de estudio, pero además en la muestra de Lisboa hay matemática explícita como los azulejos didácticos de los jesuitas de Coimbra o los de simbología masónica.
Los comisarios de la exposición, Joao Castel-Branco y Alfonso Pleguezuelo (Univ. Sevilla), han logrado aunar el ambiente social y la belleza del barro vidriado. La muestra es cosmopolita y ha contado con el apoyo de los grandes museos de cerámica europeos. Nos hubiera gustado ver que tras la exhibición del Gulbenkian se anunciara en otros lugares pues no merece ser tan efímera. El catalogo está a la altura de tan interesante selección.
Hemos escogido como ilustración solo los azulejos matemáticos (siglo XVIII), dos murales masónicos de la Trindade (siglo XIX) y unos azulejos futuristas geométricos (siglo XX).
Uno de los paneles más simples me llamó la atención. Su vinculación con los azulejos de cartabón, uno de los más corrientes pero de más posibilidades, me ha hecho dedicarle unas líneas: Un azulejo no tan simple